Nos ha pasado a todas. Y lo peor, no sólo por parte de un hombre. Ya sean en forma de “piropos” callejeros o de comentarios machistas cotidianos, ya vengan de hombres o de mujeres, sean frases, actitudes o miradas, no dejan de ser faltas de respeto, intimidaciones y, a veces, acoso. Si tienes la mala suerte de vivir una de estas experiencias probablemente la hayas pasado por alto debido al shock o al miedo. No te preocupes, la próxima vez, sabrás que hacer.
¿Cómo respondo ante el machismo callejero y los comentarios sexistas? Como quieras, eso sin ninguna duda. Haz siempre lo que te haga sentir cómoda y segura ante una situación que intenta lo contrario. Pero si has hecho click sobre el post en busca de consejo, nosotras te proponemos 4 formas maduras y efectivas de enfrentarlo.
Con inteligencia
Hasta un hombre machista quiere evitar parecer machista, imagínate los que no piensan que lo son… Si se da la situación de que cualquiera de los dos quiera hacer alarde de sus inexistentes cualidades poéticas para llamar tu atención en la calle juega la baza de la vergüenza. Exponerlo públicamente repitiendo los comentarios machistas bochornosos e irrespetuosos que te haya hecho en alto. Es psicología social básica y poner la jugada en su contra.
Dirigirte a él para que todos oigan y vean lo que ha hecho dejaría avergonzado a cualquier hombre decente. Si no es así, ya sabemos que no lo es, nosotras y todo el que pase por ahí. Será el centro de las miradas y de la vergüenza. Con un poco de suerte, alguien saldrá en tu apoyo y la próxima vez ese hombre recordará mantener sus pensamientos como simplemente eso, pensamientos.
Con respeto
¿Respeto? Si, el que tu vas a imponer. Demuestra que estás por encima, demuestra que tienes el respeto y la madurez de la que él o ella carece con un simple gesto y ojo crítico, literalmente. Mírale a los ojos directamente, sin parpadear, sin dudar, sin vacilar. Una persona que sabe que ha intentado ofenderte no aguantará tu contacto visual (menos si te conoce y menos tras comentarios machistas).
Aguanta la mirada unos segundos en silencio y crearás una situación tremendamente incómoda que intentará resolver o justificar balbuceando totalmente consciente de su error. Una vez más, psicología. En el momento en el que retira la mirada o se intenta justificar, amiga, has ganado, la batalla y el respeto.
Con elegancia
A veces el peor desprecio es no hacer aprecio y no hay nada que moleste más que el ser ignorado cuando intentabas llamar la atención. Pese a la creencia de que no contestar te hace débil, no hacerlo solo denota tener la inteligencia suficiente para no darle esa satisfacción a alguien que buscaba tu atención. Y les molesta, mucho.
Eres más que unos comentarios machistas, un chiste, un piropo o una falta de respeto, no te rebajes a ninguno de ellos. Sigue tus pasos con la cabeza bien alta, con elegancia y firmeza, con la fuerza y la clase de una mujer que sabe lo que vale y que vale demasiado para dedicarle sus palabras, su tiempo y su atención a alguien que no vale nada.
Con un par de ovarios
Si lo de quedarte callada no va contigo, no seremos nosotras las que te digamos que lo hagas. Él ha expresado sus pensamientos, expresa tú los tuyos. Desata tu creatividad sobre el lienzo de su ignorancia. Si quiere poesía, tendrá poesía. Probablemente no cambies nada, pero te quedarás muy a gusto.
Porque ya lo dice Pantene, y porque sabes lo que vales, que nadie te haga pensar o sentir lo contrario. Tanto si decides que no vale la pena contestar a comentarios machistas, como si decides gritar lo primero que te pase por la cabeza, lo has enfrentado a tu manera y ha sido una decisión valiente. Porque ser mujer a veces no es fácil. Si lo fuera, este artículo no existiría.
El Attelier Magazine