No sé cuántas veces hemos leído que el romanticismo ha muerto. Que ya nadie se enamora como antes, que los gestos bonitos pasaron de moda, que las nuevas generaciones han perdido todo esto. Pero nosotras queremos creer que no es así, que aún hay gente que iría a por ti al aeropuerto por sorpresa con tus flores favoritas.
Como somos ese tipo de persona, somos muy fans de todo lo que tenga que ver con el amor. ¿Y qué mejor día para celebrar el amor que el día de San Valentín? El 14 de febrero se acerca y es el momento perfecto para regalar detalles únicos que gritan «te conozco, te entiendo y pienso en ti.»
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Una cena casera
Olvídate de las reservas imposibles y los menús de siempre. La verdadera magia está en casa, entre ollas y sartenes, donde cada plato se sazona con amor y dedicación. Imagina transformar tu comedor en el rincón más romántico del planeta: velas aromáticas estratégicamente colocadas, esa playlist especial que habéis construido juntos, y un menú diseñado específicamente para conquistar y reconquistar el paladar de esa persona especial.
Quizás recrear ese plato que probasteis en vuestro primer viaje juntos, o preparar una degustación de sus sabores favoritos. Y si nos preguntáis por el postre, solo hay una opción: fresas con chocolate. Te aseguramos que el esfuerzo y la personalización son los ingredientes secretos que harán que esta cena se convierta un regalo inolvidable.
Joya personalizada
No hay nada que nos guste más que llevar un pedacito de nuestro amor con nosotras. A todas partes. Por eso creemos que uno de los mejores regalos y más románticos que se pueden hacer es una joya personalizada. No estamos hablando de oro y diamantes. Lo importante es que cada vez que tu persona especial se lo ponga sienta ese «me conoces tan bien» que hace que se enamore un poquito más.
En Pandora puedes personalizar un colgante con vuestras iniciales e incluso grabar con tu letra un mensaje y honestamente no se nos ocurre nada más románico que eso. Si tu pareja no es de collares, puedes regalárselo en una pulsera o un anillo.
Uno de los regalos más especiales: un álbum de fotos
No confíes todos tus recuerdos a iCloud o Google Drive.
Regalar algo que se puede tocar, oler y sentir en una época donde todo son pantallas es pura magia. Esa primera foto juntos (sí, esa en la que salís fatal pero que guardas como un tesoro), las entradas de aquel concierto increíble, la entrada de cine de aquella película que os encantó…
No hace falta ser un gran artista del scrapbooking. Lo bonito está en juntar todos esos pequeños recuerdos que hacen vuestra historia. Añade notitas contando anécdotas, momentos graciosos, o simplemente por qué ese momento fue especial.
Una experiencia juntos
Dicen que los mejores regalos no se envuelven, y nosotras no podemos estar más de acuerdo. Y lo mejor es que hay planes para todos los bolsillos y todos los gustos:
Para los más aventureros: una clase de surf juntos (sí, aunque sea febrero), una ruta en kayak, o ese curso de escalada que siempre habéis querido hacer.
Para los amantes de la cultura: entradas para ese musical que está arrasando, un taller de cerámica donde mancharse las manos juntos, o ¿por qué no? unas clases de baile para preparar la coreografía de vuestra boda (guiño, guiño).
Para los que disfrutan del relax: un día de spa con masaje en pareja o simplemente una escapada de fin de semana a esa casa rural con jacuzzi que habéis estado mirando.
Flores y palabras
Puede parecer el regalo más típico del mundo, pero es que hay una razón por la que las flores nunca fallan. Eso sí, olvídate del ramo de rosas rojas de siempre. Asegurate de elegir sus flores favoritas
Y junto a las flores, una carta. Pero una carta de verdad, de las de papel y boli, de las que se guardan en la mesita de noche y se releen en esos momentos en que necesitas sentir cerca a esa persona especial.
A nosotras nos parece el regalo perfecto.
Al final, no se trata de cuánto gastes o lo elaborado que sea el regalo. Se trata de demostrar que conoces a esa persona mejor que nadie, que te importa lo suficiente como para dedicarle tiempo y esfuerzo. Porque sí, puede que el romanticismo haya cambiado, pero el amor, ese amor del bueno que te da mariposas aunque lleves años juntos, ese sigue más vivo que nunca.
