El 29 de agosto Iris Apfel cumple 95 años y es, a su edad, la leyenda viva del estilo y uno de los personajes más conocidos de la sociedad neoyorkina. Trabajó durante medio siglo como decoradora para la Casa Blanca y para estrellas más grandes de Hollywood. Sin embargo, la fama mundial le llegó a los 84 años gracias a su exposición de ropa y complementos en el Museo Metropolitano de Nueva York. Pero no acaba ahí, con 91 se convirtió en la protagonista del documental Iris que el director Albert Maylses grabó antes de morir y muestra de cerca cómo es el día a día de una mujer que se dedica en cuerpo y alma a la moda y al diseño.
Iris Apfel nunca pasa desapercibida. Sus grandes gafas, redondas y exageradas, son lo que más le caracterizan. Lleva maxi-pulseras en cada muñeca, grandes collares étnicos y abrigos que rozan el suelo. Siempre opta por un labial de color llamativo, no tiene reglas a la hora de vestir y no le teme a ningún estampado. Eso la hace especial y crea un espectáculo de glamour y fantasía cada vez que sale de casa.
En 2005 Harold Koda, el comisario del MET, se interesó por Iris Apfel cuando supo que había una mujer en la ciudad que tenía una de las colecciones de joyas de Alta Costura más impresionantes de Estados Unidos. No dudó en confiar en sus prendas y complementos para crear una exposición titulada Rara Avis. El resultado fue todo un éxito y Apfel se convirtió, de forma accidental, en la octogenaria de moda más querida del sector. A sus 84 años empezó a ser conocida y admirada por diseñadores y amantes de la moda de todo el mundo gracias a su personalidad y estilo porque combina moda con diseño de interiores y arte.
Siempre estuvo interesada en la moda y creció rodeada de ella porque su madre le influenció mucho: “Ella adoraba los accesorios. Era muy avanzada para su época. Tuvo una boutique en los años 30 donde solía vender joyas fabulosas. Fue mi inspiración y es parte de mi ADN“, explica la propia Apfel. De ahí que empezara a coleccionar tal cantidad de objetos variopintos cada vez que viajaba. Sin embargo, su verdadera vocación está en el diseño de interiores, Iris Apfel tenía ojo para los muebles más refinados y un gusto único para los colores y las texturas. Rápidamente, gracias a su estilo, atrajo a los clientes más conocidos e importantes de Estados Unidos. Y, junto a su marido Carl, tuvo clientes de la talla de Greta Garbo, Patricia Nixon y Estée Lauder y decoró la Casa Blanca para nueve presidentes, desde Harry S. Truman hasta Bill Clinton.
La diseñadora de interiores y coleccionista siempre crea una nueva perspectiva con sus prendas cada vez que las combina y eso es creatividad y digno de admiración. Ella lo mezcla todo y es inspirador: “Si esperas lo suficiente, todo vuelve y puedes ponértelo otra vez”, comenta contenta en uno de los fragmentos del documental mientras enseña los zapatos de satén rosa de su boda que todavía conserva.
Y ahora, a sus casi 95 años, es profesora visitante de la Universidad de Texas, asesora de los grandes almacenes de lujo Bergdorf Goodman y su casa en Park Avenue ha sido fotografiada por las revistas de decoración más importantes del mundo.
A su edad, Iris Apfel nunca imaginó estar tan activa, pero ha aprendido a no preocuparse por la edad y prefiere estar ocupada para no pensar en sí misma. “A veces, me encuentro fatal, hasta que alguien me dice: ‘Vamos a un mercadillo’. En cuanto pongo un pie allí me vuelvo a sentir como una adolescente”, comenta. Para Iris, vestirse es un juego, “La vida es gris ¿por qué no utilizar la moda para divertirse?“. Porque, tal y como ella defiende, el camino al éxito no existe, “todo se basa en la actitud de cada persona”, y si esa actitud es juvenil, fresca y atrevida, la edad deja de ser importante.
El Attelier Magazine
Fotografías: Vice, The Daily Beast y Pinterest