A los mejillones se les refiere a veces como el “marisco de los pobres”, por su precio tan económico. Pero de pobre no tienen nada, pues tienen una composición nutritiva increíblemente beneficiosa (¡y deliciosa!). ¿A qué esperas para saber lo que este molusco te puede aportar? Te contamos los distintos beneficios der comer mejillones.
Un poco de historia…
Antes de comenzar a enumerar los grandes beneficios de comer mejillones, creemos que te gustará saber un poco sobre su fama. La cazuela de mejillones con patatas fritas es uno de los platos más típicos de Bélgica, sobre todo en las regiones flamencas más cercanas a la costa.
Pero la verdad es que los mejillones no se crían en la costa belga. Éstos necesitan de unas aguas concretas, en zonas intermareales y sumergidos en las costas de todo el mundo. La zona de donde provienen la gran mayoría de mejillones con los que cocinan los belgas, es la de Zeeland, provincia de los Países Bajos. Concretamente, el delta formado por los ríos Mosa, Rín y Escalda. Entonces, ¿cómo llegó a ser un plato típico de Bélgica?
La respuesta reside en los históricos canales que unen el Oeste de Flandes con Holanda, a través de los cuales se traían diariamente pescado y mariscos para comerciar. Los amantes de les moules dirán que los mejores proceden del río Escalda. Pero lo importante es que el importante puerto de Amberes, y los canales que llegan hasta Bruselas, favorecieron la aparición de estos moluscos en las mesas los hogares belgas.
Resultaba un alimento muy económico (y sabroso) y, sobre todo en épocas invernales, donde había carencias de pescado, era el plato perfecto. Esto y las patatas, también muy baratas. Así, les moules frites, o mosselen friet en neerlandés, comenzaron a ser célebres, hasta el punto en que hoy se encuentran en muy alta demanda.
Cualquier turista en tierra belga debe probar una de estas cazuelas con patatas fritas (también de origen belga, la forma en que las preparan te aportará un sabor incomparable a cualquier otras patatas que hayas probado antes), normalmente aliñada con vino blanco, apio y otras verduras, y mantequilla. Y, por supuesto, acompañarla de una buena cerveza belga. Tu día será redondo después de este gran momento culinario, te lo aseguramos.
Fuente de minerales y aminoácidos
En general, el marisco y los moluscos son una fuente riquísima de minerales y proteínas, pero es que los mejillones funcionan en otro nivel. Son ricos en en calcio, hierro, proteínas, fósforo, magnesio, zinc y selenio.
Además, si estás embarazada, esto te interesa: son el marisco con el mayor porcentaje de ácido fólico, una vitamina hidrosoluble de la cual, por mucho que te atiborres a ella, tu cuerpo eliminará cualquier exceso. Y este nutriente es esencial para el desarrollo de los órganos fetales. ¡Genial! Eso sí, futura mamá, siempre que comas marisco asegúrate de que está bien cocinado.
Memoria de elefante
La vitamina B12 está muy presente en estos moluscos, y no sólo sirve para devolvernos al mundo de los vivos después de una noche llena de alcohol, no. Esta vitamina ofrece muchas ventajas preventivas: evita la depresión, la anemia, los problemas en el sistema nervioso y la demencia, mejorando la memoria.
Antiinflamatorios y saciantes
Gracias a su composición rica en ácidos grasos Omega3, mayor que la de cualquier otro molusco, tiene potentes efectos antiinflamatorios. ¡Deja atrás la hinchazón comiéndote una buena cazuela de mejillones!
Por si esto fuera poco, son un alimento que sacia bastante, con lo que son perfectos para cualquier dieta o alimentación saludable. Y, encima, son bajos en grasa. ¿Se puede pedir más?
Fortalecen cabello, piel y uñas
Como lo lees. Además de estar riquísimos, los mejillones se unen a nuestra lista de nutri-cosméticos naturales. El causante de este mágico beneficio es el yodo que, además de ser clave en el funcionamiento celular, ayuda a quemar el exceso de grasa, regula la energía y el colesterol y mejora la agilidad mental. Vamos, ¡todo en uno!
Como ves, los beneficios de comer mejillones son muchos y variados. Además, es un plato muy versátil que podrás cocinar y comer de muchas maneras (al vapor, al horno, fritos) y con muchas salsas distintas (al vino blanco, provenzal, marinera, etc.). Prepáralos en casa o reserva mesa en un restaurante para probarlos ya. ¡No te arrepentirás!
El Attelier Magazine
