Llega el final del año, el frío y empezar una nueva etapa y solo pensamos en una cosa: relax. Uno de los planes típicos es viajar, y las dos preguntas más frecuentes que nos hacemos son: “¿Dónde ir?“ y “¿Cuánto dinero me puedo gastar?“. Si aún no lo tienes claro y no quieres gastarte mucho dinero, te proponemos una lista de 5 destinos low cost dentro de Europa, cada uno con un estilo diferente. Sigue leyendo, y decide cuál es tu favorito.
5 destinos low cost para disfrutar en invierno
Budapest, la joya del Danubio
Para muchos la llaman la joya del Danubio. Budapest tiene una belleza espectacular. La capital de Hungría se encuentra ubicada a las orillas del río Danubio, y debe su nombre a que está dividida en dos ciudades: Buda y Pest.
Una de las atracciones más visitadas son los famosos baños termales Széchenyi. Posee varias piscinas tanto en el exterior como en el interior del edificio. Por 19€ tienes una entrada sin límite y entrar a cualquier zona de los baños.
Si vas este puente, aprovecha y visita el Mercado de Navidad en la plaza de San Esteban. Encontrarás puestos de comida y actividades como patinaje sobre hielo y un espectáculo de luces sobre la fachada de la Basílica de San Esteban. Podrás probar también las Kürtőskalács, un dulce húngaro en forma de cono y rebozado sobre azúcar. Hecho en el momento, cuestan muy poco (1 euro) y su sabor es increíble.
Otro plus es el transporte, que es muy barato. Un billete de metro de ida te cuesta 1,50 euros y puedes moverte a cualquier rincón de la ciudad.
Bolonia, la Nueva York italiana
Italia está llena de lugares preciosos, y entre ellas no puede faltar Bolonia. Es conocida por ser la ciudad con mayor número de pórticos del mundo. Además, también se la conoce como la Nueva York italiana ya que antiguamente poseía muchos rascacielos para visualizar a los enemigos desde lejos.
Lo bueno de esta ciudad es que los precios no son tan elevados en comparación con ciudades como Florencia o Venecia. Puedes encontrar hoteles que cuestan 22 euros la noche y acceder a muchos sitios de forma gratuita, como la Basílica de San Petronio, en el centro.
Además, lo bueno de Bolonia es que no se trata de una ciudad excesivamente grande y puedes visitar todos los sitios andando. En dos días, ves todos sus pórticos.
Berlín, la ciudad más alternativa de Alemania
¿Sabías que el monumento a los judíos asesinados de Berlín está construido en forma de laberinto para que el visitante sienta en primera persona la agonía que sintieron las víctimas del Holocausto?
Es de las ciudades más baratas aunque sea la capital de Alemania. Está repleta de restaurantes típicos alemanes, como el restaurante Rixdorf, que te sirven delicias de la zona y a buen precio. Moverse por Berlín también lo es ya que dispones de una tarifa de transporte diario por 7 euros, y un billete normal te cuesta 2,80 euros.
El alojamiento tampoco suele ser muy caro. Dispones de una gran variedad de hoteles y hostales bien conectados con el centro. Por 25 euros la noche, puedes escoger un buen sitio.
Cracovia, la ciudad de los erasmus
Sitio de peregrinación para los estudiantes que se quieren ir de Erasmus, lo que más atrae de Cracovia son sus baratísimos costes. Se trata de una ciudad con un estilo propio de la Europa del Este, y podrás moverte a lugares de interés con precios muy reducidos. Como visitar el campo de concentración de Auchswitz, que tienes autobuses directos y su precio ronda los 3 euros.
Bucarest, la gran desconocida
No es uno de los destinos que más escoge la gente para irse de viaje, pero Bucarest tiene muchas maravillas que ver. Como el Palacio del Parlamento (el segundo edificio parlamentario más grande del mundo, después del Pentágono), la Ópera Nacional o la Avenida de la Reina Victoria.
En cuanto al precio medio, es igual que Budapest, una ciudad barata donde comer y dormir no te sale tan caro. Puedes encontrar menús a 4 euros o tomar un café por 1,30 euros.
Estos son los 5 destinos low cost que te proponemos. Cada una con un estilo diferente y con cosas muy interesantes por ver. Una vez hayas escogido el sitio, solo te falta hacer las maletas y… ¡Bon voyage!
El Attelier Magazine