Cómodo, atemporal y muy chic, así es el estilo francés. Un estilo envidiable con el que ya nos conquistaron mujeres como Jane Birkin y Françoise Hardy y que hoy aún nos sigue robando el corazón. Pero si hoy pensamos en ‘estilo francés’, a todas se nos viene un nombre a la cabeza: Jeanne Damas.
La mujer tras el nombre de Jeanne
Ella misma. Así es Jeanne Damas. Y nos encanta. Una mujer que es ella misma, por fuera y por dentro. Eso mismo es lo que la puso en las miras de muchas chicas, francesas y españolas que encuentran en ella y en su estilo, todo un referente a seguir. Una it-girl. La personificación de la chica francesa, del estilo parisino y de todo lo que representa.
Con apenas 30 años, Jeanne ha creado su propio estilo y todo un universo a su alrededor. Universo que partió de un proyecto en forma de diario visual, una recopilación de noches interminables en pisos parisinos, tardes de verano e instantes cotidianos en forma de momentos inolvidables de su vida. Una vida y un proyecto que la llevó a enamorarse de la fotografía, a ser modelo, directora creativa, influencer, autora y, hoy, madre y empresaria. Todo un ejemplo a seguir a la hora de vestir y de vivir.
Je ne sais quois
Una camiseta a rayas blancas y negras, una boina y una barra de pan bajo el brazo. Así es cómo siempre hemos imaginado el estilo francés. Pero es mucho más que eso. Es una prenda, un peinado, una actitud y una forma de ver la vida. Un estilo simple y desaliñado pero exquisito, elegante y sofisticado a la vez.
El blanco y negro, los estampados florales, unos vaqueros, un vestido midi cruzado, un par de tacones bajos, una gabardina beige, un libro en una mano y un café en a otra mientras ondean una melena perfectamente imperfecta al viento parisino. Eso es el estilo francés. Cotidiano, effortless y muy chic. Toques vintage de la década de los 70’s y dejes modernos unidos en una combinación armoniosa de tradición y frescura, de pasado y presente. Un estilo que Jeanne combina en outfits repletos de siluetas retro, sastrería andrógina, básicos elevados y un ‘algo’ especial.
Labios rojos, memorias de París y una madre muy chic
El estilo de una persona es tan único y original como ella misma. Jeanne es muchas cosas. Es un flequillo despeinado, unos labios manchados de pintalabios rojo, unos vaqueros de tiro alto, o un pantalón de pana con un blazer a cuadros. Estampados de flores o básicos atemporales, vestidos con aire retro o sastrería clásica. Un par de mules o quizá unas alpargatas, una bolsa de mimbre o una baguette imitando al cocodrilo. Un trench beige o un cárdigan de punto. El armario de Jeanne es un conjunto de contrastes exquisitamente aunados en un look que oscila entre lo andrógino y lo extremadamente femenino a la vez que entre lo retro y lo moderno, pero ante todo, natural.
La inspiración puede encontrarse en cualquier lugar. Para Jeanne está en todas partes, pero sobre todo en sus recuerdos. La fotografía de una joven Jane Birkin, los momentos de la infancia jugando frente al restaurante de sus padres, memorias de los parisinos que observaba o el recuerdo de su madre con un vestido de colores y tacones en la puerta del colegio. Pero de entre todo esto, su mayor inspiración es su madre. Maravillada por su estilo, Jeanne lo ha atesorado y defendido haciéndolo suyo y compartiéndolo con el mundo como la obra de arte que puede llegar a ser la moda.
La vie en Rouje
En 2016, con solo 25 años, Jeanne encuentra la manera de transmitir su legado en la moda: Compartiendo su armario de ensueño temporada tras temporada. Así nace Rouje, como una suma de inspiraciones y aspiraciones culminada en la unión de sus recuerdos y deseos en una marca hecha por mujeres, para mujeres.
Llevando el nombre de su color favorito, Rouje acerca su estilo, el estilo de la chica francesa, a cualquiera con piezas únicas y atemporales. Una línea de ropa, accesorios y belleza “hecha para resaltar el estilo personal de las mujeres y permitirles expresar su feminidad libremente”.
Jeanne Damas es muchas cosas, pero, sobre todo, es la francesa que ha cautivado nuestros corazones y nuestros armarios.
El Attelier Magazine
