Mujer, actriz, docente, activista, embajadora de la ONU, una de las personas más influyentes del mundo actual y un ejemplo a seguir. Una mujer que ha revolucionado el panorama cinematográfico y cultural de México y del mundo entero. Hablamos de Yalitza Aparicio.
Hace veintisiete años, en la ciudad mexicana de Tlaxiaco, Oaxaca, nace Yalitza. Una joven de ascendencia mixteca desconocida para el mundo. Pero no por mucho por tiempo. Cuando uno de los cineastas mexicanos más importantes de su generación, Alfonso Cuarón, la descubre, su vida cambia por completo. Hoy es una referencia para su país y para la herencia indígena de los pueblos de México.
De México a Roma
Una joven indígena que vive con sus padres y sus hermanos en Tlaxiaco, estudia de día para ser profesora algún día y trabaja de noche para ganarse la vida, así día tras día. Esa es su vida y ese es su sueño. Hasta 2018, cuando su nombre viajará por todo el mundo. En su ciudad natal, una joven Yalitza sin ningún tipo de experiencia previa, alentada por su hermana para hacer un casting, capta el ojo de un experimentado Cuarón, que le ofrece el papel nada más verla. Poco sabía Yalitza que sería el papel de su vida.
Llega 2018, Netflix anuncia Roma, un drama mexicano en forma de oda al matriarcado y la inclusión, y Yalitza es su protagonista. Dando vida a la criada indígena de una familia burguesa, fue todo un reto interpretativo y lingüístico para una joven sin experiencia, que, a pesar de su ascendencia mixteca, tuvo que aprender la lengua indígena para el film. Pese a todo, Yalitza Aparicio hará una de las interpretaciones más aclamadas del cine, derrochando talento y sentimiento. Lo que Roma representaba y cómo ella lo había transmitido cautiva a los amantes del séptimo arte. La película es un éxito y su salto a la fama es inmediato.
De Roma al mundo
Ya con la campaña de promoción cinematográfica, su vida dio un giro de 180º, pero solo era el comienzo. Tras Roma, otra película, un cortometraje y cinco nominaciones por ‘actriz revelación’, ‘mejor actriz’ y ‘mejor interpretación femenina’. Hoy, Yalitza Aparicio se puede enorgullecer de ser la primera mujer indígena y la segunda mujer mexicana en ser nominada a un Oscar. Tras lo que ganó el galardón al ‘mejor nuevo talento’ en los Hollywood Film Awards. Reconocida por Time y New York Times como la mejor actuación de 2018, una de las mejores actrices del año y una de las personalidades más importantes de 2018, Yalitza sería retratada en las portadas de Vogue México, Elle y Vanity Fair como la “Hollywood Issue” de 2019. Desde entonces, es miembro de la Academias de Artes y Ciencias Cinematográficas y ha aparecido en vídeos musicales además de en campañas de moda para Rodarte y Prada.
Pero su talento no se quedó en los escenarios. El éxito de Roma la llevó por todo el mundo, pisando escenarios y alfombras rojas, pero también universidades como Harvard, foros como el de Equidad de Monterrey y organizaciones mundiales. Sus charlas a favor de la preservación de las lenguas indígenas, la equidad y los derechos de las mujeres y las trabajadoras del hogar la han convertido en altavoz de las voces indígenas y la herencia mexicana así como de la educación y del feminismo. Una denominación que la ha llevado a ser nombrada embajadora de la UNESCO y de las Naciones Unidas para los pueblos indígenas. Su activismo caló también a la vertiente medioambiental como editora invitada en Vogue México, donde escribió una carta a la Madre Tierra. Por todo ello, la revista Time y la BBC la nombraron una de las 100 personas más influyentes del mundo.
En el mundo, pero siempre en México
A pesar de la fama, Yalitza ha conservado la humildad de la mujer que era antes de salir de Tlaxiaco. Siempre orgullosa de sus orígenes y de sus raíces indígenas, ha desafiado estereotipos y ha defendido la cultura, tradición y herencia de los pueblos mexicanos y el empoderamiento femenino en entrevistas, desfiles y conversaciones con personalidades políticas. Cada vez que Yalitza hace acto de presencia, sea donde sea, siempre tiene algo relevante que decir. En revistas, conferencias o en las mismas redes sociales, su forma de pensar y su filantropía demuestran que es mucho más que una actriz.
Como buena docente, cree fervientemente que la educación es el arma del futuro y de las nuevas generaciones. Su vocación por ayudar a los demás la ha alejado del cine momentáneamente para dedicarse a dar visibilidad a las comunidades indígenas, animar a la participación en fundaciones, luchar contra los prejuicios y la deserción escolar, apoyar el movimiento feminista y promover un mundo respetuoso con el medio ambiente e igualitario con las personas.
Su inteligencia, nobleza y humildad la hacen un ejemplo más allá del cine, un ejemplo como persona, un ejemplo como mujer y un ejemplo como ciudadana del mundo. Y lo único que nos podemos parar a cuestionar en este momento es ¿cómo no la conocíamos antes? Yalitza ya respondió a ello: “No somos rostros nuevos, simplemente somos personas que ya estábamos, pero que nunca nos habían volteado a ver”.
El Attelier Magazine