Conocer y comprender el lenguaje y las palabras que lo conforman es el primer paso para comprender sus significados. Ya sea mediante anglicismos, tecnicismos o simplemente neologismos nativos, nuevas palabras hallan un lugar en nuestra lengua para expresar realidades complejas o hasta ahora, no nombradas. Realidades como la orientación sexual y el género.
Compleja y, hasta hace poco, carente de denominación, demuestra que, a veces, ni siquiera nuevas palabras pueden comprender el significado de algunas cosas. No en vano, pueden acercarnos al entendimiento e interiorización de conceptos y sentimientos tan ambiguos como la identidad o el amor. Porque el amor, tiene muchas denominaciones.
El significado tras LGTBIQ+
Son sólo siglas, pero designan todo un mundo de sentimientos y colectivos. Estas siglas designan al colectivo compuesto por lesbianas, gays, transgéneros, transexuales, bisexuales, intersexuales, queer y el resto de identidades y orientaciones incluidas en el signo “+”, que nos indica que el colectivo sigue en constante crecimiento.
La “L” de LGTBIQ+: Lesbiana
Toda mujer que se siente exclusivamente atraída emocional, afectiva, romántica y/o sexualmente por otra persona de su mismo sexo o género, en este caso, una mujer. Aunque la homosexualidad femenina no ha sido recogida de forma explícita y evidente en la historia o el arte, se cree que pudo existir desde la Antigua Grecia del siglo VI a.c., donde la vida de las mujeres se reducía a convivir y relacionarse con otras. El propio término “lesbiana” proviene del griego Λέσβος, referente a la Isla de Lesbos, patria de Safo de Lesbos, la primera poeta occidental que cantó a las musas, a lo divino y a las mujeres.
La “G” de LGTBIQ+: Gay
Al igual que las lesbianas, los gays son hombres que sienten únicamente amor romántico, afectivo y/o atracción sexual hacia una persona de su mismo género, es decir, otro hombre. Ya desde las antiguas Grecia y Roma, las relaciones entre hombres eran una práctica constante y habitual en un ambiente homosocial. Las relaciones eróticas y sexuales entre varones eran comunes y están recogidas en la literatura, el arte y la filosofía. La homosexualidad masculina como comportamiento se ha llegado incluso a observar en más de 1.500 especies animales como los pingüinos, los escarabajos, los ciervos, los gorilas de montaña, los leones o los bisontes amercianos; y la lista sigue. Rechazar una conducta que está presente de forma natural en el reino animal y en los humanos desde los albores de la historia, sería rechazar ambos.
Activistas como Asier Santamaría prefieren que se emplee el término ‘gay’ antes que ‘homosexual’ porque consideran que este último se ha utilizado “para patologizarnos”.
La “T” de LGTBIQ+: Transexual/transgénero
Es la denominación con la que referirse a aquellas personas que se identifican con el género opuesto o diferente al del género que se les asignó al nacer. Un individuo trans puede nacer con genitales masculinos pero sentirse mujer y viceversa, un individuo puede nacer con genitales femeninos y sentirse hombre. La ONU calcula que aproximadamente entre un 0,3% y un 1% de la población mundial en edad reproductiva es transgénero. Lo importante es saber que, si perteneces a ese porcentaje de personas que no se identifican con su género asignado, tiene solución. Cambiar de género es posible aunque requiere de un proceso físico de hormonación y (aunque no necesariamente) de cirugía de reasignación. Pero todo esto suele estar sujeto a evaluaciones médicas y psicológicas, dificultando en muchas ocasiones el proceso sobre todo a los menores de edad. De ahí la importancia de entender esta condición y mostrar todo nuestro apoyo y comprensión a estas personas que sólo quieren ser por fuera como se sienten por dentro.
La “B” de LGTBIQ+: Bisexual
Orientación sexual caracterizada por la atracción romántica, afectiva y/o sexual tanto a personas del mismo sexo, como del sexo contrario. La atracción hacia una persona aquí tiene lugar independientemente de su sexo o identidad de género y puede variar de una persona a otra, no siendo la misma, ni del mismo grado o intensidad según el sexo o identidad de la otra persona. Una persona bisexual se enamora de la persona en sí, sea hombre o mujer. El concepto parece lógico, tanto que en los últimos años muchos han encontrado en él un nicho para sus sentimientos. Según una encuesta sobre relaciones sociales y afectivas publicada en 2021 por el CIS, el 13,2% de los jóvenes entre 18 y 24 años se declaró bisexual. Pero cada vez más jóvenes se suman a la bisexualidad, descubriendo que el hecho de sentir atracción hacia alguien de tu mismo sexo puede compaginarse con la atracción al sexo opuesto y que una no descarta a la otra.
La “I” de LGTBIQ+: Intersexual/Intersexo
La denominación de Intersexo (o estados intersexuales) comprende a aquellas personas con una anatomía sexual, genitales, órganos reproductivos o cromosomas ambiguos que no se corresponden con ningún género. Ser intersexo implica una combinación del genotipo cromosómico y del fenotipo sexual distinto al binario socialmente reconocido como cromosomas XY (hombre), y cromosomas XX (mujer). Esta condición puede darse desde el nacimiento del individuo o bien haber aparecido más tarde durante la pubertad pero su presencia no conlleva ningún problema para la salud de la persona que lo es. Aun así, según la ONU, muchos infantes nacidos con esta condición son sometidos a procedimientos médicos para modificar sus genitales y adaptarlos a la práctica social poco inclusiva y definición culturalmente dominante de la masculinidad o la feminidad.
“Hay muchos tipos de condiciones médicas intersexuales, pero quienes se agrupan en esta categoría, no están de acuerdo con que se les defina con un término médico”.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
La “Q” de LGTBIQ+: Queer
Esta palabra, proveniente del inglés y anteriormente usada de forma despectiva, hoy se utiliza de forma neutral (incluso positiva) para describir una orientación sexual, identidad de género o expresión de género distinta, diferente, que no se adecúa a las normas sociales dominantes. Lo que esta palabra viene a expresar es que cosas como la sexualidad y el género pueden ser muy complejas, cambiar con el tiempo y una persona no tiene por qué encajar del todo en una u otra. Se identifican como queers aquellas personas que no se sienten identificadas con ninguna identidad de género o sexual establecida. Aquí podríamos englobar la fluidez de género y los géneros no binarios. Según la APA, muchos jóvenes usan esta identificación como un término para no identificarse como hombre o mujer, gay o lesbiana. Es una etiqueta a las ‘no etiquetas’.
El “+” de LGTBIQ+: Todo un mundo de sentimientos
El “plus” o “+” incluye identidades y orientaciones tales como la asexualidad (ausencia de deseo o atracción sexual por cualquier género o identidad), la demisexualidad (cuando para que haya atracción sexual debe haber un vínculo emocional previo), la pansexualidad (se pueden sentir atraídas por cualquier persona, independientemente de su sexo o identidad de género), la sapiosexualidad (atraídos por la inteligencia, cualidades y/o valores morales de otras personas) y muchos más. La lista es cada vez más amplia y recoge cada vez mejor la bella diversidad del ser humano y sus formas de sentir.
Lo importante es saber diferenciar entre identidad de género y orientación sexual y entender 3 cosas: 1. Que los atributos biológicos de una persona pueden no corresponderse con sus sentimientos, dando lugar a una identidad de género distinta a la asignada (la mente). 2. Que la expresión del género es cómo cada uno exterioriza su identidad (el cuerpo). 3. La orientación sexual guarda relación con las personas que deseas y por las que te sientes atraído (el corazón).
Parecen muchas palabras y sentimientos y puede parecer más confuso aún identificarlos. Pero aunque el amor tenga muchas denominaciones, en ninguna de ellas deja de ser lo mismo. Amor.
El Attelier Magazine
