Dos conceptos, dos ideas, pero una misma forma de ver tu armario: desde el minimalismo y la responsabilidad.
Pueden confundirse y se confunden constantemente. Son conceptos similares, pero presentan diferencias. Quizá el segundo de ellos te suene más o lo hayas oído más tiempo, el primero, por el contrario, es un término relativamente reciente con el que aún pocas están familiarizadas. El armario cápsula, sin ir más lejos, es el concepto de fondo de armario reinventado.
“El fondo de armario constaría de nuestra ropa sumando esas prendas básicas que combinan con todo, que son atemporales o un básico”, explica Saray Luis Martín (también conocida como Dansvogue), fashion artist y autora de El método armario cápsula (Editorial Montena, 2017). Sin embargo, el armario cápsula es un método en el que hay un número de prendas y piezas concretas, que se relacionan entre sí para crear looks diferentes y elegantes sin tener prendas que no nos ponemos, que hacen de nuestro armario un caos y que sólo están ahí para coger polvo.
Para Raquel Mejías, estilista, un fondo de armario engloba “esas prendas que sin importar las temporadas y las modas deberían de residir en tu armario, como un jean clásico o un jersey de cashmere”. Un armario cápsula, según ella, comprendería entre 30 o 40 prendas entre las que se encuentran básicos (que se pueden encontrar en el fondo de armario) pero a su vez forman parte de él prendas clave, sobre todo para la transición de entretiempo o dependiendo de las estaciones. “Por lo tanto el armario cápsula sirve como una manera de utilizar todas las prendas y que sirvan como punto de partida para poder así ser más sostenible y sacarle el máximo partido a los estilismos posibles”, explica.
Calidad vs Cantidad
Ambos conceptos buscan reducir al máximo el número de prendas que conforman tu guardarropa, constituyendo un armario con el mínimo necesario pero sacándole el mayor provecho posible. Por ello, en un armario cápsula o fondo de armario, primará la calidad sobre la cantidad. El objetivo es conseguir piezas atemporales, duraderas y confeccionadas con tejidos y materiales de gran calidad, resistencia y practicidad; incluso si eso supone un incremento de su precio.
Hay distintos tipos de personas: por un lado, hay gente que opta por prendas súper baratas para los básicos (ej. Camisa blanca, camisa básica azul, etc. ) y, por otro lado, hay gente que prefiere invertir en una prenda de calidad para obtener una camisa blanca que le pueda durar más tiempo. Si lo pensamos bien, es mejor poseer 30 prendas de calidad inmejorable, que sienten como un guante, sean fácilmente combinables y que durarán años a poseer 60 prendas mediocres carentes de calidad, usabilidad y durabilidad que tendrás que sustituir constantemente.
¿Cómo sabemos que estamos invirtiendo en una prenda con esta máxima? La importancia de seleccionar los tejidos es clave y habrá que ser muy cuidadosos a la hora de escogerlos. Algodón, algodón satinado, seda, seda elástica, lana, punto, lino, piel… y cualquier material natural obtenido de plantas o animales, en resumen. Todo lo demás (nylon, poliéster, poliamida, elastano) fabricado artificialmente, será de peor calidad, ya no solo para tu armario, también para tu piel. Así que si te preocupan ambos, además de mirar las etiquetas de los cosméticos, también deberías mirar las de la ropa. Y mirarlas bien, porque saber y seguir los pasos de cuidado de una prenda es igual de clave que su composición a la hora de conseguir que esa calidad que buscamos perdure en el tiempo cumpliendo su función.
Prendas clave en todo armario cápsula
Aunque tus gustos y necesidades irán por delante a la hora de determinar esto, el concepto de armario cápsula establece una serie de parámetros para poder ser considerado como tal. El primero de ellos, la Regla del 70/30, viene a imponer un porcentaje determinado de un 70 % de básicos y fondos de armario y un 30 % tendencias y prendas con diferentes colores. Mantener este porcentaje es la única clave para conformar un armario realmente práctico y consciente. Pero… Una vez alcanzado ¿no puedo comprar nada más? Por supuesto que puedes, solo has de tener en mente que al añadir una prenda y alterar el porcentaje de uno de los dos lados deberás equilibrarlo prescindiendo de otra. Si una prenda entra en nuestro armario otra tiene que salir, de modo que siempre se mantenga estable el número de prendas elegido.
Pero ¿cuáles son esas prendas clave? Por norma general, son aquellos básicos y clásicos que nunca pasarán de moda y que todas conocemos. Un jean azul, preferiblemente de un corte recto (que es el que menos pasa de moda), una camisa y/o camiseta blanca, un blazer, un trench o gabardina, un vestido negro (más conocido como Little Black Dress), un jersey o chaqueta de punto, unos salones de tacón negros, un par de botas o botines negros, unas deportivas y un traje de dos piezas, prenda infalible que permite crear un sinfín de posibilidades. El resto dependerá, como hemos dicho, de tus gustos, características y/o necesidades.
Como todo, esto solo es un concepto y un reglamento básico, pero a la hora de organizar tu armario, tú mandas. Cada persona es única y cada armario debe adaptarse a cada persona y estilo de vida. No te obsesiones con conseguir un armario cápsula de manual y céntrate en tener un fondo de armario que te facilite la vida pero que, sobre todo, te haga feliz.
El Attelier Magazine