La reina Victoria del Reino Unido se convirtió en toda una pionera, sin saberlo, al apostar por un vestido total white para su boda, convirtiéndolo en una tradición que hoy en día, para colmo, es seguida por grandes diseñadores para los cierres de sus desfiles.
En 1840, la Reina Victoria se casó con el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo y Gotha, y eligió un vestido de novia blanco. Su elección marco un antes, y después en la sociedad de la época estableciendo el color blanco como el color tradicional de los vestidos de novia en Occidente. Te contamos todo lo que necesitas saber, quédate.
El vestido de novia de la reina Victoria
El vestido nupcial blanco con patente de sangre real fue considerado revolucionario, para una época en la que los vestidos negros, para el luto, y rojos, los más populares, jugaban un partido a empate en las calles británicas del siglo XIX.
La soberana se decantó por el blanco pulcro debido a que estaba asociado con el símbolo de pureza, elegancia e inocencia. A esto se le agregó que vestir de este color era extremadamente difícil de lavar y mantener, hecho que le dio un pase directo hacia el poder y el estatus, y solo las más adineradas podían permitírselo. Al contrario que ahora, los vestidos de boda se vestían varias veces a lo largo de una vida.
Está claro, que el fast-fashion y la moda casual no existieron hasta la década de los 80, pero, aun así, ¿quién nos metió en la cabeza que no podíamos ponernos el vestido de boda dos veces? ¡Si la reina lo hizo, nosotras las mortales también deberíamos! Continuemos…
Un vestido de novia blanco, pulcro y con más de una puesta
El acontecimiento fue retratado y el cuadro de la reina vistiendo con el vestido blanco no tardó en hacer eco entre las mujeres más amantes de la moda. Fue desde entonces que una gran avalancha de novias pertenecientes a la élite de la clase dirigente, y de celebrities, replicaron el uso de este color.
No obstante, la democratización de los vestidos de novia blancos entre las casadas de clase media europea y estadounidense tardaría aún unas cuantas décadas. Hasta entonces, muchas de las mortales simplemente se pusieron su mejor vestido el día de su boda.
Cuando la sociedad prosperó tras la tragedia de la Segunda Guerra Mundial y la ropa se hizo más barata de producir, el demandado vestido de novia blanco – así como la ostentosa fiesta para presumir de él – se convirtió en algo característico de las bodas y al alcance de toda mujer.
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Tradiciones que fueron complementando al vestido blanco
Si bien este vestido no tradicional quebrantó los esquemas de lo tradicional rompiendo con un patrón preestablecido para las novias de su época al ser de color blanco, forjando su propia ineludible tradición, hoy en día, incluso de las más seguidas y, de manera simultánea, estableció una de las normas más inquebrantables, aún vigente, como la de “solo la novia puede ir de blanco” y hacer caso omiso de esta significaría desafiar una de las reglas de protocolo más vetado. La razón es simple, si vistes de blanco, corres el riesgo de opacar a la novia.
Pero a veces las normas están para saltárselas y son muchas las que, a jugar con fuego, prefieren quemarse y… sorprendentemente cambian las reglas del juego. Que se lo digan a Cara Delevigne, a Pipa Middlenton o a Alexa Chung– y es que un little white dress puede acabar con la dichosa regla protocolaria de no ir de blanco si eres la invitada.
Un diseño minimal, de aires boho, o completamente rompedor puede hacer despistar al resto que vas vestida de blanco. El truco está en los accesorios que acompañan al diseño, convirtiéndolos en los protagonistas de todas las miradas.
En la actualidad son muchos los diseñadores que cierran sus desfiles con este tradicional atuendo nupcial, y en la mayoría de los casos, siempre es un acierto.
De estilo más clásico como Óscar de la Renta, hippie chic de Isabel Marant, minimalista como Balenciaga con Alexander Wang. Son algunos de los ejemplos que sirven de inspiración para novias, y por qué no, ahora también para invitadas.
Aunque cada vez son más las novias que se decantan por el vestido de novia con pantalón, como el pantalón y chaqueta o el innovador pantalón de novia con capa o con cola. Chanel, Givenchy, Galvan, entre otras, ya son firmas que han optado por incluir alguna de estas combinaciones de novia a sus últimas colecciones, alejándose de los convencionalismos y protocolos dictaminados por la tradición, eso sí, siempre siguiendo el color por excelencia de las novias, el blanco.
¿Qué simboliza el color blanco?
El vestido blanco es por excelencia el referente para una novia, pero no sólo porque la reina Victoria marcó tendencia… El color blanco tiene un valor simbólico que supera cualquier tendencia.
Tradicionalmente el color blanco está asociado con la pureza, la inocencia y la virginidad. Antiguamente, las novias usaban vestidos blancos como una representación simbólica de su pureza y su compromiso con la castidad hasta el matrimonio.
Y cómo hemos visto a lo largo de los años, la tradición del vestido de novia blanco se ha mantenido y se ha convertido en una parte integral de las ceremonias matrimoniales occidentales. Aunque las actitudes hacia el matrimonio y la sexualidad han evolucionado, el vestido de novia blanco sigue siendo un símbolo icónico y una elección indiscutible para muchas novias.
Además es una realidad que más allá de su simbolismo cultural, el color blanco también es perfecto por su atemporalidad, y tiene la capacidad de resaltar la belleza y elegancia natural. Y es que es un color que se adapta a cualquier estilo de vestido, desde los más clásicos hasta los más modernos y vanguardistas.
Pero esto solo es una tradición de occidente, por ejemplo en China el color blanco está relacionado con la muerte, lo contrario que en España que sería el color negro. Las novias allí se visten de color rojo, oro y rosa para el día de su boda ¿sabes por qué? Porque en concreto el rojo se considera el color de la buena suerte, por lo cual es un símbolo supersticioso esencial para el día de su boda.
Con toda está información igual te estás plantearte casarte de cualquier color y… ¿Por qué no? Las tradiciones son solo eso, tradiciones. El día más importante de tu vida debería estar exento de reglas preestablecidas, si te apetece llevar un vestido rosa, azul, negro, morado ¡HAZLO! Y si quieres ir con pantalón, ya tienes muchas antecesoras que lo han lucido en sus bodas.
Ahora bien, si eres una futura novia, decantarte por alguna de estas últimas opciones, no dará margen a dudas de que tienes una fuerte personalidad, y además de elegante, eres una auténtica vanguardista. ¡Olvídate de esa estúpida normativa, tienes un espíritu independiente, y a veces no encajar en los moldes de la sociedad, resulta muy fashion! ¡El protocolo lo marcas TÚ!
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