Todo lo que sube baja, todo polo tiene su opuesto, y toda tendencia tiene su contrario. Ante un momento en el que parecía que la artificiosidad dominaba internet, nace el de-influencing trend en Tik Tok, con el fin de desacreditar a las influencers impostadas. Para así darnos “un descanso, porque llevamos un trote…”, como dijo Adara.
El de-influencing como antagonista del “Tik Tok made me buy it”
Todas nos hemos topado con algún producto mega viral, como un pintalabios que cambia de color, una base de maquillaje que prácticamente se fusiona con tu piel… Te lo compras súper emocionada, ¡estás deseando probarlo y entonces…! Meh, no es para tanto.
Las redes sociales y las influencers han incrementado mucho esta tendencia consumista, traen esas píldoras audiovisuales recomendando productos de primeras “maravillosos”, que se cuelan entre ceja y ceja y ya son imposibles de sacar, casi peor que el “sacatunn que pen”. De hecho, el #TikTokMadeMeBuyIt ha sido un hashtag muy usado este 2023 (con hasta cuarenta y ocho mil millones de visualizaciones), que ha consistido en fomentar esas compras impulsivas a través de la muestra de productos que son un “must”.
Por esta razón la gente está cansada de instagramers y tiktokers que se ponen a suspirar al probar productos, antes incluso de que la brocha toque su piel. Este tipo de colaboraciones pagadas tienen cada vez menos credibilidad. ¡Cómo olvidar el despiste de Marta Pombo!, cuando al promocionar unas tortitas en sus stories, asegurando que “estaban buenísimas”, acabó por tirar la marca por los suelos públicamente.
Quiso hacer la gracia para su grupo de “mejores amigos” de Instagram, usando el filtro de “Emosido Engañado”, con tan mala suerte que lo acabó publicando en su historia normal. Aunque lo borró inmediatamente después, ya era demasiado tarde. Y es que, cada vez más se les está viendo el plumero a creadores de contenido que hacen promociones sin ni siquiera creer en los productos (una parodia genial de esto la podéis encontrar en la cuenta de @alinabock). No les importa que sus seguidoras gasten dinero en cosas que ni necesitan, ni son de buena calidad. En respuesta a todo esto surge el de-influencing trend en Tik Tok.
El de-influencing trend: la generación Z quiere verdad
“Adoro este nuevo trend, el de-influencing, porque realmente me parecía bastante raro normalizar el tener 17 coloretes que prácticamente son el mismo color”, dice @eliseeatsplants en la plataforma de video. Se trata de un movimiento capitaneado por la Generación Z, los llamados nativos digitales.
Siempre han sido un público muy consciente de lo que significan las marcas, y de cuál debería ser su papel en la sociedad; por lo tanto, suelen ser difíciles de seducir por las empresas. Son la generación que “le echa morro a la vida” y la que convive día a día con las redes sociales. Su entretenimiento consiste en generación y consumo de contenido en este tipo de plataformas, por lo que es normal que la mayoría de hashtags y retos virales vengan de su mano.
En definitiva, podríamos traducirlo como “desinfluenciar”, y su intención final es la de desafiar o desacreditar el contenido de creadores populares en la plataforma. Aunque su origen es de habla inglesa, cada vez más tiktokers hispanohablantes se están uniendo a la corriente, como @elisariosmontes.
Normalmente los videos que reúnen este hashtag, consisten en una lista de “productos desaconsejados” o que directamente se arrepienten de haber comprado. Se valora la sinceridad, por lo que se fomenta la prueba de producto, o la comparación de alternativas más económicas. Todo esto basado en la propia experiencia, claro, y con reseñas lo más transparentes posibles. En definitiva, la naturalidad al poder.
Algunos productos que NO necesitas
¿Sabías que esos productos tan “súper caros y súper exclusivos” que limpian el rostro a la perfección, no tienen nada que envidiar al aceite de bebés? El de-influencing trend ha pegado fuerte sobre todo en las categorías de belleza: maquillaje, skin care y productos para el cuidado del cabello. Entre las reseñas de productos que han salido peor parados, quien merece una mención honorífica es el maquillaje de Dior.
No son necesariamente productos de mala calidad, simplemente no valen lo que cuestan. Podemos encontrar miles de videos dedicados únicamente a #deinfluencingdior. Desde labiales, bases, sombras… y los exponen comparando la pigmentación con maquillajes de niños. El chasco más grande ha resultado ser su colorete. Cabe mencionar que, no todos los videos con este hashtag son necesariamente negativos; aunque, generalmente sean productos que no necesitas comprar, en ocasiones simplemente se trata de una review sincera.
Los gua sha o rollers. Anda que no los hemos visto veces. Lo cierto es que prácticamente nadie percibe ninguna diferencia entre aplicar el producto facial con el rodillo a hacerlo con las manos. Otro mito que se viene a cargar el de-influencing trend son los mil doscientos cincuenta y tres pasos de skincare. En muchas ocasiones, las influencers nos quieren hacer creer que para tener una piel perfecta y preciosa, tenemos que ponernos capas y capas de ungüentos, cuando nos bastaría con dos o tres pasos en nuestra rutina facial.
Para finalizar, queremos recordar que esto no comprende a todas las influencers. Solo hacemos referencia a esa parte de la industria que ni se molestan en testear lo que promocionan. Y oye, que no pasa nada si compras de vez en cuando algo que te hace ilusión, simplemente decimos que este nuevo discurso en redes resulta positivo. Es importante fomentar un diálogo saludable sobre cuál es el límite entre consumo responsable y consumismo, pero sin martirizarse.
El Attelier Magazine