Desde archienemigos como Superman y Lex Luthor hasta los enredos amorosos de Shakira y Piqué; incluso Góngora y Quevedo tenían sus propios altercados verbales, ¿cómo olvidar el zasca “Francisco de Quebebo”? Seamos sinceras, clara-mente la moda se debe al drama, y a lo largo de los años ha sido escenario de escándalos, demandas y enfrentamientos públicos. Así que prepárate para adentrarte en el fascinante mundo de los beefs en la industria de la moda
¿Sabías que Chanel prendió fuego a otra persona? ¿O que absolutamente nadie vistió de Yves Saint Laurent en la Met Gala 2023? Sigue leyendo y vamos a cotillear, que eso une mucho:
Supreme Vs. Married to the Mob
El summum de la ironía llegó el día en el que Supreme, marca conocida por apropiarse de logotipos ajenos, decide demandar a Married to the Mob por “plagiar” su marca registrada. En 2004, Married to the Mob lanzó su camiseta ‘Supreme Bitch’, que utilizaba el logotipo de Supreme para hacer una declaración sobre la dominación masculina en la subcultura del streetwear.
La disputa se volvió un escándalo público, y Leah, la fundadora de Married to the Mob, no dudó en expresar sus opiniones. En su blog, escribió: “El hecho de que Supreme venga tras MOB y, personalmente, a por mí, es sólo otro ejemplo de la hostilidad que MOB, la primera marca de streetwear femenino, ha enfrentado desde el primer día”.
Al final, la demanda se resolvió fuera de los tribunales, ya que MOB, una recién llegada, simplemente no tenía los recursos para enfrentar los costos de una defensa legal prolongada mientras intentaba mantener a flote su pequeña empresa.
Karl Lagerfeld Vs. Yves Saint Laurent
Karl Lagerfeld y Yves Saint Laurent, dos titanes de la industria, se disputaban premios desde su adolescencia, y su enemistad continuó durante décadas. Es tan conocida esta rivalidad que en la última Gala Met, dedicada a la figura de Karl, absolutamente nadie vistió de su archienemigo.
Todo comenzó en 1953, cuando ambos diseñadores compitieron por el prestigioso Premio Internacional Woolmark en la adolescencia. Yves se llevó la victoria, asentando así los cimientos de la rivalidad. A lo largo de los años, sus caminos se entrecruzaron, con Yves robando los focos en Dior mientras Karl parecía estar en la sombra en Chloe y Fendi. Pero la fortuna cambió cuando Karl tomó las riendas de Chanel.
Esta historia se complicó aún más cuando en 1973, Yves comenzó un romance con Jacques de Bascher, el hombre que Karl consideraba el amor de su vida. ¡Ay, qué enredo! La historia tumultuosa de estos dos genios fue tan fascinante que se convirtió en el tema de un libro, “The Beautiful Fall”, que exploraba sus vidas y amores. (Se dice que Karl hizo todo lo posible para evitar la publicación del libro.)
Tom Ford Vs. Yves Saint Laurent
Tom Ford no se quedó atrás en su enfrentamiento con Yves. Después de su mandato como Director Creativo de YSL de 1999 a 2004, Ford abrió el cajón de sastre de su relación con su antiguo jefe, revelando detalles jugosos.
“Pierre y Yves eran simplemente malvados”, afirmó Ford, acusando al dúo de llamar regularmente a la policía para cerrar su oficina. Pero eso no fue todo, las cartas de Yves Saint Laurent eran tan venenosas que resultaba difícil creer que tal locura fuera posible. Hay una frase en particular de Ford que dice: ‘En trece minutos has destruido 40 años de mi trabajo’. Vaya forma de despedirse, Yves.
La rivalidad entre estos dos genios de la moda nos recordó que, detrás de los elegantes diseños y las pasarelas deslumbrantes, también hay intrigas y enemistades dignas de una telenovela. ¿Quién sabe qué otros secretos se ocultan entre patrones y costuras?
Christian Louboutin Vs. Yves Saint Laurent
Efectivamente, Yves está en todos los fregaos. Christian Louboutin y Yves Saint Laurent se vieron envueltos en una batalla campal teñida por el rojo, sí, ¡el rojo! Todas sabemos que una de las señas de identidad de los zapatos de Louboutin es su suela lacada en vibrante escarlata. Pero cuando Yves Saint Laurent lanzó una colección de calzado monocromático en varios colores, incluido el rojo, Louboutin no pudo contenerse. Presentó una demanda por infracción de marca registrada contra YSL en un intento de detener la comercialización de sus zapatos.
Por supuesto, YSL no se quedó de brazos cruzados y contraatacó con su propia demanda. Lo que siguió fue una batalla legal llena de vaivenes. ¿El veredicto final? Los tribunales reconocieron que la suela roja de Louboutin era una característica distintiva, pero también dictaminaron que una marca no podía monopolizar un color en su totalidad. Si YSL hubiera utilizado la suela roja de Louboutin en contraste con otro color, tal vez habría habido motivos para la infracción.
Adidas Vs. Nike
Durante décadas, Nike, con millones de dólares en zapatillas, reinó sin oposición. Pero adidas los últimos años parece tener las armas para arrebatarle la corona.
No solo ha seducido a diseñadores de Nike, sino que incluso ha conquistado el respaldo de superestrellas como Kanye West. ¿Recuerdas cuando Kanye diseñó las icónicas Yeezy con Nike? Bueno, ahora las produce bajo el logo de adidas. ¡Oops!
La rivalidad alcanzó su punto álgido en 2016, cuando Nike lanzó una demanda millonaria contra tres de sus exdiseñadores que desertaron al bando de adidas. Hubo contrademandas y todo el drama que eso conlleva, pero al final el caso se resolvió fuera de los tribunales.
Pero el anime no termina ahí. En 2012, Nike logró una orden judicial provisional contra adidas por infringir sus patentes con el zapato Primeknit. ¡Un golpe bajo para adidas! Tuvieron que detener la producción y las ventas, pero… ¡plot twist! El fallo se revirtió y la patente de Nike resultó ser inválida. Nike intentó apelar, pero una vez más, el destino le jugó una mala pasada. La batalla entre estas dos marcas continúa, y ¿quién se alzará con la victoria? Solo el tiempo lo dirá, de momento ¡Que corra el beef!
Chanel Vs. la envidia
En 1919, Chanel se convirtió en la reina de la moda y sus envidiosos competidores no pudieron resistirse a robarle descaradamente los diseños y publicarlos en las revistas de moda francesas. ‘Mu fuerte’.Muchos de sus competidores eran hombres que habían sido alistados en el ejército durante la Primera Guerra Mundial, como Jean Patou, quien había planeado abrir su propia casa de moda en 1914, pero lo tuvo que posponer debido a la guerra.
Aunque Chanel tuvo que enfrentar algunos obstáculos debido a la misma situación, logró abrir boutiques en Deauville y Biarritz y establecerse firmemente en el mundo de la moda. Su estilo simple y minimalista destacaba en medio de la opulencia exagerada de la época. Aunque no tenemos una descripción detallada de los diseños robados que aparecieron en las revistas, podemos intuir que eran lo suficientemente similares como para ser reconocidos como creaciones auténticas de Chanel. Parece que la moda no es solo un juego de telas y agujas, sino también un terreno lleno de puñales por la espalda.
Coco Chanel Vs. Elsa Schiaparelli
Coco Chanel y Elsa Schiaparelli, dos mentes maestras de la moda que no podían verse ni en pintura. Chanel, la revolucionaria del estilo elegante, y Schiaparelli, la excéntrica diseñadora italiana, eran las reinas indiscutibles de la discordia.
Chanel no tenía reparos en menospreciar a Elsa, refiriéndose a ella como “esa artista italiana que hace ropa”. Pero la enemistad alcanzó su clímax cuando Coco, en un misterioso “accidente”, empujó a Schiaparelli hacia un arreglo de velas en una fiesta, prendiéndola en llamas. Por supuesto, los invitados encantados acudieron en ayuda de Elsa, apagando el fuego y dejándola un poco más fresca gracias al agua de soda. ¿Véis?, no pasó nada, si es que la gente es muy exagerada.
Coco puede haber dejado un legado como una de las grandes pensadoras de la industria de la moda, siendo tema de innumerables biopics, pero debemos admitir que la icónica diseñadora no era exactamente un modelo de virtud. Le encantaba meterse en todas las peleas y, al parecer, disfrutaba especialmente de su rivalidad con Elsa Schiaparelli.
La batalla de Versalles, el mayor beef en la historia de la moda
Estados Unidos contra los franceses en el magnífico Palacio de Versalles, esto fue casi tan épico como la batalla de los píxeles del Rubius. Los estadounidenses, cansados de ser los eternos seguidores de los elegantes y sofisticados franceses, decidieron mostrar al mundo de qué estaban hechos.
La mente maestra detrás de esta grandiosa idea fue Eleanor Lambert, una publicista de moda legendaria, quien vio en este desfile una oportunidad perfecta para que los diseñadores estadounidenses dieran un golpe en la mesa y demostraran su valía.
El equipo de Estados Unidos estaba formado por nombres como Oscar de la Renta, Bill Blass, Anne Klein, etc. mientras que los franceses contaban con Yves Saint Laurent, Pierre Cardin y Marc Bohan de Christian Dior. No había mucha confianza en los estadounidenses, y para empeorar las cosas, el día anterior al espectáculo fue un completo desastre. Los franceses se adueñaron de los ensayos, el palacio estaba en un estado deplorable y los diseñadores estadounidenses se encontraron con escenografías que no encajaban ni a la fuerza.
En el gran día, mientras que el desfile francés emanaba ese aroma rancio y anticuado de una ópera de época, el espectáculo de los estadounidenses era como un deslumbrante debut en Broadway, y gran parte del mérito lo tenía la maravillosa Liza Minnelli. Sin necesidad de fastuosos decorados que los distrajera, los estadounidenses se centraron en sus actuaciones y, por supuesto, en la ropa. Se atrevieron a usar una iluminación dramática, música impactante e incluso hicieron que las modelos bailaran y vogueran. ¡Oh, la audacia!
EEUU rebosaba la vitalidad de la era disco y una visión más liberada de la feminidad. La audiencia, cautivada por esa explosión de energía y creatividad, no pudo contener su entusiasmo y lanzó sus programas al aire. ¡Y no solo una vez, sino dos veces!
Fue un golpe maestro y dejaron a los asistentes boquiabiertos. Mientras tanto, los franceses observaban con sorpresa y, quizás, un poco de envidia, cómo los yankis conquistaron la pasarela. Este evento no solo elevó la reputación de las marcas estadounidenses, sino que también cambió la percepción global de la moda, consolidando a Estados Unidos como un jugador influyente en la industria.
El Attelier Magazine
