Comer es el mayor placer de nuestra vida. Probar diferentes sabores y texturas es lo que más le gusta a nuestro paladar. Por eso siempre dicen que los españoles somos de buen comer.
Y es que, no es para menos, nuestra dieta mediterránea es conocida en todo el mundo, y siempre se ha dicho tanto dentro como fuera de nuestro país, que como en España no se come en ningún sitio. ¡Por algo será!
Nos encanta ir a cenar o a comer, sentarnos en alguna terraza y disfrutar del buen clima y de la buena comida que nos ofrece nuestro país.
Nos gusta juntarnos y disfrutar de la comida en compañía. Así somos los españoles y eso es lo que se llama calidad de vida. Por alguna razón es un país tan turístico.
La trufa negra
Tenemos la suerte de poder probar múltiples recetas gracias a que la tan nombrada dieta mediterránea tiene una gran variedad de alimentos.
Por ello, en este artículo vamos a hablar de cómo aromatizar nuestros platos con trufa negra y vamos a explicar brevemente que son las trufas.
La trufa negra es un hongo subterráneo que crece de las raíces de ciertos árboles, como, por ejemplo, el roble o la encina.
Suelen encontrarse cerca de los árboles que se denominan especies truferas y es un manjar capaz de enriquecer nuestros platos con un sabor espectacular.
Su precio es elevado, pero merece la pena comprarse este hongo para aromatizar otros alimentos y degustar su aroma en nuestro paladar.
La trufa negra se suele usar como condimento y se utiliza en pequeñas cantidades, bien rallada o laminada.
No es necesario abusar de ella ya que, tan solo con un pequeño trozo es capaz de dar un toque diferenciador que tan especial hace las recetas.
Además, tiene un valor nutritivo rico en vitaminas (vitamina B2 y B3) y minerales.
Aunque encontramos sus orígenes en la Edad Antigua, concretamente en los egipcios, es un alimento que durante el paso de los años se ha hecho hueco en la cocina de todo el mundo, y como no, también en la nuestra.
¿Cómo trufar alimentos para aromatizar nuestros platos?
Como ya hemos mencionado, la trufa da un aroma espectacular a nuestros platos siempre y cuando se utilice como condimento y no como alimento.
Éstas son algunas ideas que te sugerimos para conseguir aromatizar tus platos con trufa negra:
Huevos trufados
¿Quién no ha probado los huevos trufados? Es todo un clásico. Para ello sólo se necesitan huevos frescos, de gallina o de codorniz y 25 gramos de trufa negra para aromatizar.
Coloca la trufa y los huevos (con cáscara) en un recipiente hermético y guárdalo en el frigorífico durante 2-3 días. A través de los poros de la cáscara, el huevo absorberá el aroma de la trufa.
Unas de las recetas más destacadas son los huevos escalfados o huevos poché (huevos rotos con jamón) y los huevos trufados fritos con patatas en los que se le añade unas virutas de trufa rallada por encima y listo. ¡Muy difícil superar esta receta!
Aceite de trufa
Para ello necesitas 250 ml de AOVE suave y 10 gramos de trufa negra. Dentro de un frasco de vidrio mezclamos pequeños trozos de trufa laminada o rallada y aceite y lo dejamos macerar 24h.
El aceite trufado podrás utilizarlo tanto para ensaladas con trufa negra, como para tostadas con aceite y trufa que le aportará un toque especial como aliño.
Puedes seguir este procedimiento para hacer queso trufado o mantequilla trufada. Mezclando por un lado el queso y la trufa, y dejando macerar en el frigorífico 24 horas. Se repetiría la misma acción con la mantequilla.
Como ves, es muy fácil aromatizar nuestros platos con este manjar de sabor intenso. Si la trufa es fresca y de calidad se puede trufar cualquier alimento que nos propongamos.
Redacción
Revista El Attelier