En pleno corazón de La Rioja, vinculada a las históricas Bodegas AGE, Azpilicueta nos deleita con su más reciente creación: Instinto, un vino de autor que rinde homenaje a su fundador, Félix Azpilicueta. Este lanzamiento nos transporta a una época en la que Félix, con su audaz espíritu y guiado siempre por su instinto, tomaba decisiones que lo convertirían en un auténtico pionero.
En un mundo tan amplio y diverso como el del vino, adentrarse puede parecer intimidante. Sin embargo, para aquellos novatos (y también paladares expertos) que desean aventurarse en este universo de sabores y aromas, hoy les ofrecemos una deliciosa aventura con el nuevo vino Insinto de Azpilicueta.
El encanto de Instinto de Azpilicueta
En primer lugar, es importante recordar que es mucho más que una simple bebida alcohólica. Es un compendio de historia, cultura y tradición embotellado. Cada botella cuenta algo único, nos transporta a lugares lejanos o a momentos pasados.
Pero, ¿por dónde empezar? Una variedad que no falla es el tempranillo, una uva emblemática de La Rioja que brinda vinos vibrantes y llenos de personalidad. El tempranillo se caracteriza por sus aromas a frutos rojos y negros, como la cereza, la fresa o la mora, que nos deleitan con su frescura.
Azpilicueta Instinto, elaborado con esta misma uva, es el resultado de un meticuloso proceso. Seleccionadas cuidadosamente de 16 pequeñas parcelas en San Asensio y Huércanos, en Rioja Alta, las uvas son vendimiadas a mano y fermentadas individualmente en pequeñas cubas. La crianza de 5 meses en barricas de roble americano y luego a barricas de roble francés confiere a este vino su frescura y agilidad, prolongando su sabor final en el paladar.
El intenso y atractivo color rojo anticipa una experiencia cautivadora. Sus reflejos violáceos seducen la vista y nos preparan para un encuentro con su auténtico carácter. Al acercarlo a la nariz, se despliega una franqueza expresiva, una sinceridad aromática que nos envuelve. Los frutos negros, como los arándanos y la mora, se entrelazan mientras que sutiles notas de regaliz se suman al juego de los sentidos.
Pero hay más en este vino, la crianza en barrica deja su huella con delicados aromas especiados y torrefactos que completan esta sinfonía de sabores y fragancias. En cada sorbo, el Instinto de Azpilicueta nos invita a descubrir su personalidad.
Instinto no teme enfrentarse a ningún plato, sino que abraza una amplia variedad de sabores. Desde los ligeros aperitivos hasta los contundentes guisos de carne, pasando por los arroces y los pescados más sabrosos, este vino siempre encuentra su lugar en la mesa. Hasta los dulces y los postres se rinden ante su compañía.
Algo muy importante a tener en cuenta es la temperatura a la que se sirve. Un rango entre los 15º y 16ºC es el escenario perfecto para que este vino se luzca en el paladar. Porque no hay nada peor que un vino caliente, bueno sí, uno que está excesivamente frío. Es así como este vino lleno de instinto nos invita a degustarlo en su punto óptimo, permitiendo que su esencia y su carácter se desplieguen en cada sorbo.
Ahora bien, cuando se trata de disfrutar, no hay reglas escritas. Cada uno tiene sus propias preferencias. No tengas miedo de explorar y descubrir nuevos sabores. La mejor manera de aprender es probando, dejando que el vino te guíe en los «¡mmm!», Además, con el queso no puedes fallar. Tal y como nos dijo su maravillosa enóloga Elena Adell: “uvas y queso saben a beso; más cuando la uva se hace vino, el beso es divino”.
“Elige instinto, elige Azpilicueta”
Cuando hablamos de Azpilicueta, hablamos de instinto no solo en el vino, sino también como profundo sentimiento. Un viaje en el tiempo por las calles de Fuenmayor nos permite comprender la visión de Félix Azpilicueta. Desde aquel sueño en el que una voz le susurró “sigue tu instinto” hasta la herencia de las tierras en La Rioja, cada botella de Azpilicueta es un tributo a la determinación y el legado de un verdadero pionero. Su dedicación y aplicación de técnicas vanguardistas permitieron el desarrollo de estilos de vino modernos, vibrantes y expresivos.
Pero esta historia no se construye en solitario. Con más de 7000 hectáreas de viñedo, Azpilicueta mantiene una estrecha relación con los viticultores, algunos de ellos con varias generaciones trabajando juntos. La meticulosa inspección de los viñedos, la observación atenta de cada planta y racimo, las intervenciones precisas cuando la naturaleza lo demanda, todo esto es resultado de una conexión profunda con la tierra y un respeto reverente por el fruto que se obtendrá.
La diversidad de suelos en la región de La Rioja es una característica fundamental para Azpilicueta. Desde el valle del Ebro hasta las majestuosas sierras de Obarenes Cantabria y la Demanda, la geografía y la topografía crean un microclima único, donde se entrelazan las influencias atlánticas y mediterráneas. A través de los años, la historia geológica ha dejado capas de arcillas, calizas y silíceas, otorgando a la región su riqueza vitivinícola.
El respeto por los suelos maltratados los ha motivado a regenerar y mejorar su fertilidad. Después de siete años sin utilizar glifosato, han demostrado que el mejor desinfectante es el aire mismo, colocando las vides en los cabezos, siguiendo una antigua tradición. Azpilicueta, fiel a sus raíces, honra la tierra y trabaja en armonía con ella para ofrecer vinos excepcionales y respetuosos con el entorno.
Respetando la sabiduría ancestral de la región de La Rioja y abrazando prácticas vitivinícolas que han resistido el paso del tiempo, esta bodega ha encontrado el equilibrio entre la innovación y la herencia. Es a través de este diálogo entre el pasado y el presente que Azpilicueta trasciende las fronteras del tiempo, creando vinos que son testigos de la historia.
Azpilicueta Instinto nos invita a degustar la esencia de una región, la historia de una familia y la pasión por el vino. Con su elegancia, su fruta y su mineralidad, este vino nos transporta a un mundo de sabores y sensaciones únicas. Recuerda que no necesitas ser un experto para apreciar y disfrutar del vino. Si tomas un sorbo, terminas la copa y pides otra, ¡eso es que está bueno! Así que recuerda, igual que Félix Azpilicueta, sigue tu instinto sin miedo a equivocarte para disfrutar de la vida al máximo.
El Attelier Magazine
