Tener un armario ordenado no es tarea fácil, pero si consigues organizarlo, te aportará muchas ventajas. Lo que queremos conseguir con este post es que distribuyas bien la ropa de tu armario para aprovechar al máximo el espacio y sobre todo, que tengas un acceso rápido a la ropa que deseas en cada momento. Organizar tu armario puede ser un poco rollo, pero tenerlo bien organizado te facilita mucho las cosas cuando no sabes qué ponerte.
Como organizar tu armario: preparación y planificación
Antes de sumergirte en el caos que es organizar tu armario, toma un momento para respirar y planificar el desafío que tienes por delante. Aquí te dejo una guía para lidiar con ese armario que ha visto mejores días:
Evalúa y saca conclusiones
- Inspección: ríete en la cara del peligro y repárate para mirar fijamente al monstruo a los ojos: tu armario. Estúdialo bien, desde el tamaño hasta sus estantes, cajones y cualquier mini compartimento extra que pueda tener.
- Establece objetivos: ¿Qué esperas lograr al enfrentarte a este desastre? ¿Quieres ordenar por colores, tipos de ropa o simplemente, tener algo que no sea un peligro para la humanidad? Establece un objetivo claro para poder proceder con determinación.
- Elige tu modo de ataque: considera diferentes estrategias. ¿Clasificar por tipo de prenda, temporada o por la probabilidad de que alguna vez vuelvas a usar esa camiseta de los 90?
- Vacía el armario: hazle espacio al desastre absoluto. Saca todo, hasta el último calcetín olvidado, para que puedas observar el verdadero abismo que estás a punto de combatir.
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Depura y clasifica…
- Examen de conciencia con tu ropa: llega el momento de analizar tu relación con tus prendas. Separa las que ya no te representan, las que no te caben y las que ya no están para nadie. Dona, vende o tira.
- Categorías: agrupa las cosas por tipo de prenda, pero no te estreses, nadie aquí está buscando el orden perfecto.
- Prendas de primera línea: rescata lo que usas con frecuencia. Estas son las elegidas que merecen un lugar privilegiado en tu armario, por si decides utilizarlas más allá de hacer esa pila de ropa limpia para la semana.
Cómo clasificar la ropa en el armario
Hay muchísimas opciones a la hora de clasificar las prendas, nosotras te mostramos unos ejemplo prácticos, aunque en el fondo, cualquier método puede ser válido si no te hunde en el abismo existencial de la indecisión.
Ejemplo de clasificación de ropa
- Por temporada: las chaquetas y abrigos pesados de invierno podrían ocupar un área separada, y colocarlos en una sección más accesible en los meses fríos. Mientras tanto, los shorts, vestidos ligeros y camisetas de verano pueden permanecer en la parte posterior del armario durante el invierno.
LEER MÁS: Armario cápsula y fondo de armario ¿Son lo mismo? - Por tipos de prenda: organizar tu armario por tipo de ropa es una opción para aquellos que buscan una organización más tradicional. Usa perchas adecuadas para diferentes tipos de prendas: perchas acolchadas para trajes delicados, perchas con pinzas para faldas o pantalones, y perchas tradicionales para camisas y blusas.
Utiliza los cajones para clasificar por categorías. Por ejemplo, uno para ropa interior, otro para calcetines y quizás uno más para accesorios como bufandas o guantes. Aprovecha al máximo las estanterías. Coloca prendas dobladas en los estantes superiores, separadas por categorías; las camisetas en un estante, los jerseys en otro. Utiliza divisores o separadores para mantener la ropa ordenada y evitar montañas de ropa desordenada. - Por frecuencia de uso: la ropa que utilizas con mayor frecuencia, como tus atuendos diarios o uniformes de trabajo, debería estar en las áreas más accesibles y visibles del armario. Esto facilitará tu rutina diaria al tomar decisiones de vestimenta. Recuerda, la clave está en hacer que cada área del armario trabaje para ti.
Armarios pequeños: desafío aceptado
- Estrategias de maximización: usa cada centímetro cuadrado sabiamente. Utiliza organizadores, colgadores, y si es necesario, hasta el techo para apilar. Todo vale en la jungla de los armarios pequeños. ¿Cabe más ropa colgada o doblada?, suele depender del espacio disponible y del tipo de prendas. Colgar la ropa es ideal para prendas que tienden a arrugarse fácilmente como chaquetas, camisas o vestidos; mientras, el doblado es excelente para prendas más flexibles como camisetas, pantalones, ropa interior, etc. Por otro lado, la ropa colgada generalmente ocupa menos espacio pero puede necesitar más altura.
- Doblar en vertical: es una técnica para organizar tu armario popularizada por Marie Kondo. En lugar de apilar la ropa una encima de la otra, doblar en vertical implica doblar las prendas en forma de rollos compactos y colocarlos en posición vertical en el cajón o estante. Esto permite ver todas las prendas de un vistazo y acceder fácilmente a la que necesitas sin desordenar el resto. No temas experimentar con esta técnica, aunque al principio parezca que has hecho un tetris con tu ropa.
Armarios sin cajones: odisea del espacio
- Contenedores y Cajas: ¿Quién los necesita? Usa cajas o contenedores para guardar ropa interior, accesorios o lo que se te ocurra. Básicamente, si no tienes cajones para organizar tu armario, te los inventas. ¡Creatividad!
- Aprovecha los espacios libres: si no tienes cajones, ¡improvisa! Utiliza bolsas de tela colgadas detrás de las puertas o incluso en los lados del armario para almacenar calcetines, pañuelos y otros objetos pequeños.
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Con estas estrategias, incluso el armario más pequeño y el más rebelde sin cajones pueden someterse al orden… o al menos intentarlo.
Consejos para el mantenimiento
Ya has logrado que tu armario parezca el escaparate de una tienda de moda tras horas de meticulosa organización. Pero, ¡alto ahí! No creas que tu trabajo termina aquí. Mantener ese santuario del orden es tan crucial como el café de la mañana para muchos.
La sagrada limpieza: prepárate para adquirir un nuevo hobby. No se te ocurra sucumbir al desorden de nuevo. Trata de dedicarle un tiempo cada día para volver a recolocar todo como a ti te gusta. Es fácil ir dejando las cosas pasar pensando “ya lo haré luego”, pero luego… es un desastre enorme que requerirá de repetir toooodo este proceso otra vez.
Rotación de temporada: en caso de que hayas optado por organizar tu armario por temporada, el cambio de estaciones no solo trae alergias y dilemas sobre qué ponerse. También es el momento para hacer un acto de malabarismo con la ropa. Las chaquetas de invierno se van y los vestidos de verano vuelven a escena. ¿Y qué hacer con aquellas prendas que ya no encajan? Una palabra: donar. Regala esas prendas que podrían tener una segunda vida y alivia a tu armario del exceso de bagaje emocional.
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Extendiendo el orden a tu vida cotidiana: no permitas que el orden se quede confinado en las cuatro paredes de tu armario. Extiende esa disciplina a otras áreas de tu vida. ¿Por qué no aplicar ese mismo nivel de organización en la despensa o en tu espacio de trabajo? Haz que la perfección sea tu sello distintivo, no solo en el armario, ¡sino en cada rincón de tu existencia!
En resumen, el mantenimiento de un armario ordenado es como llevar una vida más saludable: requiere compromiso y continuidad. ¡Un mundo organizado es un mundo feliz!
El Attelier Magazine