Dicen que todo lo que vale la pena da miedo al principio. La copa menstrual lleva un tiempo ahí, la conocemos, pero a muchas, les asusta. Aunque, como dice la afirmación anterior, vale la pena.
La copa menstrual, ese gran desconocido
Lo primero es los primero ¿qué es la copa menstrual? También conocida como copa vaginal, es un recipiente de silicona de grado médico reutilizable que se introduce, al igual que un tampón, en el interior de la vagina durante la menstruación y que se adapta a las pareces vaginales recogiendo el flujo en su interior.
Fabricadas, dependiendo de la marca, en silicona médica o elastómero termoplástico (TPE), no arañan ni secan las paredes vaginales, siendo aptas para todas las mujeres y pieles, incluso para las que sufren alergias, pues no utilizan aditivos químicos que puedan perjudicar al organismo de la mujer, como, por ejemplo, el Síndrome del Shock Tóxico (SST) que pueden causar los tampones.
Además, al contar con una superficie completamente lisa, no absorbe ningún líquido, ninguna bacteria puede permanecer y tampoco dejan fibras en el interior de la vagina, como sí sucede con los tampones. Por cierto, si te estás preguntando acerca de su color, no te preocupes: es colorante alimentario lo que le da a estas copas sus colores.
Usar y disfrutar, todo es empezar…
Si lo que tienes son dudas en cuanto a cómo ponerse la copa menstrual, usarla es más sencillo e intuitivo de lo que parece. Gracias a su textura suave de silicona, tan solo tendrás que plegarla en forma de ‘C’ o hundiendo la mitad del borde para poder insertarla con facilidad en el interior de la vagina, al igual que harías con un tampón normal, hasta que el tallo de la copa quede completamente dentro. Ya se pude incluso encontrar alguna copa menstrual con aplicador para facilitar este paso. Una vez dentro, puedes ayudar a desplegarla apretando un poco en la zona central, la copa se abrirá y generará un vació para impedir que se salga. En cuanto a cómo quitar la copa menstrual, cuando la quieras retirar, solo tienes que apretarla para romper el vacío e ir moviendo a pocos hacia fuera.
Hay diferentes tallas, pero, al contrario de lo que se cree, no son en función del flujo, sino de la dilatación de la cavidad. Por ejemplo, si has pasado por un parto, deberás optar por una talla grande. Pero la copa menstrual también está indicada para mujeres que no hayan tenido relaciones sexuales, en cuyo caso se recomienda la talla pequeña.
Otra de las ventajas que tiene su utilización es que amplía el número de horas útiles, hasta 12, dependiendo del flujo, aunque lo ideal es cada 4 o 5 horas. Si te lo preguntabas, sí, se puede dormir con la copa menstrual puesta y sí, puedes hacer deporte sin fugas. Su duración se extiende entre 10 y 15 años, lo que, en términos económicos supondrá un ahorro en productos íntimos desde el cuarto mes de uso. Algo que te agradecerá el bolsillo y el planeta, pues, al ser reutilizable, vale con disponer de una, no tendrás que volver a usar y tirar un tampón o una compresa u optar por compresas de tela o compresas reutilizables nunca más y tu consumo será más sostenible.
… y esterilizar
Una de las cosas más importantes que debes saber antes de dar el paso es cómo limpiar la copa menstrual. La copa menstrual debe lavarse tras cada uso y esterilizarse antes y después de cada menstruación. Puedes hacerlo hirviéndola durante 5 minutos en un cazo exclusivo para ello o metiéndola en un esterilizador específico al microondas durante 3 minutos. Si la usas y esterilizas correctamente, puedes evitarte muchas infecciones.
“La primera vez conviene hervirla de cinco a ocho minutos antes de empezar a utilizarla. Luego, aclararla y limpiarla con un jabón neutro cada vez que te la quites y la vuelvas a poner y luego de cada menstruación volver a hervirla de cinco a ocho minutos.
Cristina García, Farmacéutica.
Es más cómoda, más económica, más sostenible e incluso más saludable ¿te atreverás a dar el paso?
El Attelier Magazine
