Nos preocupa la sostenibilidad y en momentos en los que se aumenta el consumo aún más. La época navideña es, sin duda, una de las épocas en las que más consumo se hace a nivel mundial, pero esto es aplicable a cualquier época de consumo del año: Black Friday, Rebajas o Días señalados en los que estamos expuestos a un consumo masivo. Esto puede repercutir negativamente en nuestro planeta, por lo que intentar adquirir hábitos sostenibles de cara a estas fiestas no parece mala idea. Esto no significa que dejemos de disfrutar de esta celebración. Tan sólo debemos intentar consumir de manera sostenible, pensando que todo lo que compremos tiene un impacto, sólo así lograremos minimizarlo. Revisa bien estas formas inteligentes de compra sostenible que van desde la planificación hasta la elección de comercios comprometidos con la sostenibilidad como na-kd.
Listas de compra para consumir de manera más sostenible
Son muchos los regalos que tenemos que hacer. Ante esto, voces tan importantes como la OCU aseguran que la mejor manera de enfrentarnos es planificando. Por ejemplo, podemos pedir a nuestros familiares que realicen una lista de posibles regalos. Si preferimos sorprender, podemos hacer nosotros esa lista anotando varias opciones para cada uno.
Las compras de última hora son compras impulsivas que, además, no miran aspectos tan importante como el impacto que tienen esos productos y su producción en el planeta.
Pero ¿qué es ser un consumir de manera sostenible?
“Un consumidor consciente es alguien que reflexiona, se detiene y vive de acuerdo con los valores e ideales en los que cree, y mira más allá de las tres bes (bueno, bonito, barato) a la hora de comprar, introduciendo los valores éticos en la ecuación, premiando y reconociendo el mérito a las empresas comprometidas” afirma Laura Opazo, autora de Armario Sostenible y especialista en moda sostenible.
Un consumidor consciente sabe identificar aquellas marcas que comparten sus inquietudes y ponen todo su empeño por lanzar productos al mercado de la mayor confianza y con buenos valores.
Fue a finales del siglo XX cuando surgieron varios movimientos muy relacionados entre sí, como el comercio justo, el ecologismo, el consumo local o el movimiento slow. Impulsaron al consumo consciente hacia una transformación del modelo socioeconómico y ambiental como elementos centrales.
“Tenemos que empoderarnos como consumidores y ser conscientes de que nosotros tenemos la sartén por el mango, y es tan claro como que, si queremos cambiar la sociedad, lo más fácil es cambiar nuestra forma de consumir y lo que consumimos” comenta la autora.
Y es que, cada compra que hacemos define el mundo que queremos vivir. Si dejamos de comprar productos de una marca determinada, esta tendrá que trabajar para adaptarse hasta que decidamos concederle nuestra atención nuevamente. ¡Así de sencillo! No olvides, que vestirse es toda una declaración de intenciones que nos ayuda a manifestar, no solo nuestro estilo, sino también nuestros valores y principios.
Como consumidores, sabiendo lo que implica en el ámbito social y ambiental la industria textil, tenemos en nuestra mano la capacidad de poder apoyar un tipo de economía que potencia el equilibrio social, medioambiental y económico.
Comparación de productos
“Vivimos tan rápido que el 70% de las decisiones de compra son inconscientes, aunque queramos imponer la lógica. Normalmente nosotros creemos actuar de una manera, pero nuestro cerebro va por libre. Es decir, cuando vamos a comprar algo, nos sentimos atraídos por un producto al identificarnos emocionalmente con él; y, tras comprarlo, justificamos el hecho con todos los argumentos lógicos posibles”comenta Laura Opazo.
La planificación y la creación de listas nos permitirá realizar comparaciones. Podremos escoger productos más útiles y duraderos. Podremos, por tanto, decantarnos por aquellos que cuenten con menor impacto ambiental o con certificaciones ecológicas fiables.
Centrarse en productos sostenibles
Una buena práctica es la de regalar siempre productos sostenibles. Por ejemplo, con los niños podemos optar por los juguetes de madera ecológicos, que además suelen ser muy buena opción para el juego simbólico.
Existen firmas de ropa que se encargan de realizar sus colecciones con materiales sostenibles y que cuentan no sólo con sellos de calidad, también esas certificaciones ecológicas de las que hablábamos.
Comercio local
No es nada nuevo, la huella o el impacto de la producción está muy relacionado con el transporte. El comercio local permite por un lado que muchas familias de nuestro municipio puedan vivir de nuestras compras navideñas. Además, evitaremos residuos y todos los transportes añadidos a otro tipo de compras.
Una decoración sostenible
La Navidad no sólo son compras para seres queridos, también para casa. La decoración es parte importante de esta fiesta. Optemos siempre por la decoración navideña más natural y artesanal que, además, es tendencia.
Podemos apostar por adornos hechos por nosotros mismos en madera, con tela, con piñas o con arcilla. Podemos hacer un sinfín de adornos para el árbol con estos materiales. Además, si conocemos tiendas artesanales, podemos comprar en ellas este tipo de productos.
El menú de Navidad
Por último, deberíamos saber que sólo en España más de 7 toneladas de comida acaban en la basura durante estas fiestas. Hay que tener en cuenta que muchos de nosotros asociamos la Navidad con una mesa llena de comida. Esto supone un exceso que no sólo nos pasará factura al cuerpo, también a nuestro planeta.
Calcula siempre la cantidad de comida por persona. Planifica menús y haz una lista de compra en la que incluyas sólo lo imprescindible. Elige, además, alimentos locales y de temporada en la medida de lo posible, pues su consumo reduce la distancia que recorren hasta la mesa y, por tanto, también las emisiones de CO2.
Economía circular y moda sostenible
La sostenibilidad cada vez genera mayor interés entre los consumidores y en particular, en nuestro país. ¡Pero esto no es suficiente!
Concienciados cada vez más en los pequeños grandes gestos
Son esos pequeños grandes gestos los que marcan la diferencia como el reciclaje o el consumo de energías renovables. Y es que sabemos que la industria textil es la segunda más contaminante del mundo según la ONU, entonces, igual que estamos tomando acción en otros ámbitos, ¿por qué no hacerlo con la moda?
“Las cifras demuestran que la industria de la moda contribuye al 10 % de la huella de carbono global, y si no tomamos medidas al respecto, dentro de 20 años esta industria será la responsable de una cuarta parte de la emisión mundial de carbono” nos explica Laura Opazo, autora de Armario Sostenible y especialista en moda sostenible.
Existen datos e información suficiente para saber que la economía circular en el sector de la moda sostenible es perfectamente aplicable. Y como ciudadanos tenemos un rol importante. Aunque las empresas sean quienes tengan que tomar la iniciativa en primer lugar, informándonos y facilitándonos este proceso a nosotros como consumidores.
Fast fashion, la fórmula de consumo acelerado
Este concepto que incluye todas las tiendas a las que como consumidores más recurrimos y está basado en un sistema de producción de consumismo radical de prendas de baja calidad. Un modelo que ha sido fundamental para el desarrollo industrial y que ha generado un crecimiento sin precedentes. Siguiendo el patrón: extracción de materiales, producción, consumo y eliminación.
¿Pero hacia dónde se dirige la economía circular en el sector textil?, ¿por qué es tan beneficiosa?
“Una economía circular es restaurativa y regenerativa a propósito, y trata de que los productos, los componentes y las materias mantengan su utilidad y valor máximos en todo momento, distinguiendo entre ciclos técnicos y biológicos. Este nuevo modelo económico trata, en definitiva, de desvincular el desarrollo económico global del consumo de recursos finitos” expresa Opazo.
El modelo de economía circular, frente al lineal, sería algo así: extracción de materiales, diseño, producción/reelaboración, distribución, consumo, recogida, reciclado y… ¡vuelta a empezar! Un modelo que implica a empresas y a consumidores. Gracias a las acciones de ambas partes, conseguiremos implementar una moda más sostenible.
“La moda sostenible surge como un cambio de paradigma que pasa por rediseñar la industria hacia un sistema circular donde los materiales son reutilizados y completan su ciclo natural de vuelta a la naturaleza” nos comenta Laura Opazo.
Por ello, las empresas del sector textil han de continuar apostando por adoptar criterios de sostenibilidad para conseguir transformar el sector. La responsabilidad del consumidor no es la única, está claro, pero nosotros podemos hacer pequeños gestos que nos ayuden a consumir de manera más sostenible.
El Attelier Magazine