Vamos a intentar solucionar todas las preguntas que puedas tener sobre este sistema tan arbitrario y confuso de tallas. ¿Cómo una talla 36 se transforma en una talla 40 de cintura? ¿Por qué la ropa vintage tiene un tallaje distinto a la ropa actual? Y ¿Por qué narices no hay ropa que vaya más allá de la talla XL? Hoy hamblamos del vanity sizing.
Según Laura Opazo, periodista y autora del libro “La moda es revolución”, en los años sesenta se intentó establecer un sistema de tallas comerciales, y en los noventa los gobiernos tuvieron que intervenir porque la confusión era tal que hasta los nombres de las tallas eran un auténtico desastre. Y sin embargo, a día de hoy, seguimos sin tener un estándar mundial.
Un poco de historia sobre el vanity sizing
Vamos a sumergirnos en la historia para comprender cómo hemos llegado a este punto. En el siglo XVIII, durante tiempos de guerra, se desarrolló la producción en masa de ropa para satisfacer las necesidades de los grandes ejércitos.
Sin embargo, la estandarización de tallas ha sido problemática desde entonces. En el siglo XIX, la industria de la ropa masculina se convirtió en la más grande de Nueva York, democratizando el acceso a la moda. Por otro lado, las mujeres preferían prendas a medida debido a las exigencias de la moda de la época, que requería siluetas ajustadas con corsé. Fue el cambio en la moda femenina a principios del siglo XX lo que permitió el desarrollo de prendas prêt-à-porter más asequibles.
Y así llegamos a la historia de las tallas. Ruth O’Brien y William Shelton, dos estadísticos valientes, realizaron la primera encuesta masiva para medir los cuerpos de mujeres y niños. ¡Pero oh sorpresa! No encontraron ninguna relación proporcional que pudiera traducirse en un sistema de tallas simple.
Aunque en 1958 se estableció un sistema oficial basado en el busto y una figura de reloj de arena, hubo problemas desde el principio. Y así, ¡nació el caos! Las medidas se limitaron a mujeres blancas excluyendo a todas las demás (muy bonito), y la compensación económica sesgó los resultados hacia mujeres desnutridas y de bajos recursos.
Las tallas alfabéticas (S, M, L) no se establecieron hasta los años 90. Todo esto nos lleva a la pregunta: ¿cuál es el propósito del vanity sizing? Resulta que su objetivo principal es confundir a los compradores y jugar con su autoestima. Es un juego psicológico que consiste en que las etiquetas de tallas más pequeñas aumentan la confianza, mientras que las tallas más grandes la disminuyen. Por ejemplo: vas a una tienda y te pruebas una 36 usando una 38 de toda la vida. De pronto te entra y te sientes validada, como diciendo “oh, pues he bajado peso”. ¿Consecuencia? te compras el vestido.
Entonces, la definición de “vanity sizing” es: La etiquetación de prendas con tallas más pequeñas que el corte real de los artículos. Esto se evidencia en cómo han cambiado las tallas a lo largo de los años, pero también explica por qué ahora hay diferencias de tallas entre marcas contemporáneas. Es decir, lo que más molesta de las ‘tallas estandarizadas’ es que realmente no son estándar de nada en absoluto. Puedes usar vaqueros diferentes en Levi ‘s, Zara, H&M, Stradivarius, etc. Es especialmente frustrante cuando esto ocurre dentro de marcas del mismo grupo.
La estandarizción, un juego psicológico
Hay mujeres que tienen una relación muy complicada con su talla de ropa y a menudo culpan a sus cuerpos si esta no les queda bien. Esta situación se torna más oscura cuando además las tallas cambian y se ven obligadas a comprar una más grande, lo que genera profundo malestar e insatisfacción. Algunos estudios indican que las mujeres compran tallas más pequeñas con la esperanza de motivarse para perder peso y encajar en esas prendas ( o en los estándares de belleza). Sin embargo, esta mentalidad no es PARA NADA saludable.
Además, muchas personas ni siquiera se ajustan a las tallas “promedio”, ya que las medidas están basadas en una proporción que no se ajusta a “la norma“, es algo totalmente arbitrario. No estamos diciendo que hacer dieta sea malo en sí mismo, pero si decides hacerlo que sea con el objetivo de sentirte mejor y más saludable, teniendo en cuenta que cada cuerpo es único.
Ahora, volviendo al tema del vanity sizing, si estas etiquetas hacen que las personas se sientan bien, ¿por qué no todas las marcas simplemente aumentan el tamaño de sus prendas? Las personas con baja autoestima se suelen involucrar en el “consumo compensatorio”, comprando artículos que no llevan puesta una talla, como joyas o maquillaje, para elevar su autoestima. Síp, está todo maquinado por una especie de genio del mal. Este problema revela que la ropa ya no está diseñada para adaptarse a nosotras, sino que debemos adaptarnos a la ropa. Desafortunadamente, los trajes a medida son carísimos y fuera del alcance de muchas.
Tendencia Sizeless: Episodio IV, una nueva esperanza
Pero no todo está perdido, porque ahora ya existen marcas que desafían este sistema tradicional y lanzan prendas sin talla. La tendencia sizeless es un nuevo concepto que nos invita a abrazar nuestro cuerpo sin importar los números de la etiqueta. Busca romper con las normas impuestas por la industria de la moda, donde las personas han sido catalogadas y clasificadas en base a tallas específicas. ¿Qué más da si eres una S, M o XL? Lo importante es amar y aceptar nuestro cuerpo tal y como es.
Esta tendencia promueve una actitud positiva hacia nuestro cuerpo, fomentando la confianza y el amor propio. Las marcas que se suman a la tendencia sizeless se centran en crear prendas versátiles y adaptables, que puedan ser llevadas por personas de diferentes formas corporales.
De hecho, este mismo mes de marzo Zara, la marca de moda que adoran princesas, reinas, modelos y tu tía, ha decidido lanzarse de cabeza con su sorprendente colección cápsula de prendas sin tallas. Pretenden poner fin a la incertidumbre y a esa sensación de impotencia que nos invade al enfrentarnos a la cesta de la compra. Porque, sinceramente
Imagina un mundo donde las tallas dejan de ser relevantes, donde la única preocupación es que las prendas nos queden bien y nos hagan sentir fabulosas. Parece un sueño futurista, pero Zara está decidida a convertirlo en realidad. ¡Bravo! Esperamos que este sea solo el comienzo de una nueva era de libertad y comodidad en la moda.
El Attelier Magazine