En el maravilloso cosmos de los medios de comunicación y las redes sociales, donde la paz y la armonía son valores secundarios, no hay nada que nos guste más que ver a dos mujeres enfrascadas en una batalla sin cuartel. Mientras el mundo arde, mientras los problemas reales se acumulan, la sociedad prefiere centrarse en disputas triviales y sin sentido.
En este caso las protagonistas son dos talentosas artistas, Selena Gomez y Hailey Bieber, cuyas vidas parecen girar en torno a un hombre. En lugar de celebrar sus logros individuales, preferimos sumergirnos en un océano de comparaciones absurdas y críticas sin fundamento.
Mujeres al ring
El drama comenzó el 22 de febrero cuando Selena Gomez, quien salía con Justin Bieber entre 2010 y 2018, publicó una broma en TikTok sobre cómo se había sobrelaminado accidentalmente las cejas. Horas más tarde, la esposa de Bieber, Hailey, quien se casó con Justin en 2018, publicó una captura de pantalla en Instagram de sí misma haciendo un FaceTime con su amiga Kylie Jenner. En la foto aparecían primeros planos de sus cejas que los fanáticos percibieron como una burla a Selena.
Y ya está, el espectáculo está servido, señoras y señores. En una esquina tenemos a Selena Gomez, la ex de Justin Bieber, y en la otra su nueva señora, Hailey. Sí, porque en el universo paralelo en el que vivimos, las mujeres solo existimos para competir entre nosotras y nuestra única razón de ser es conseguir que un hombre se fije en nosotras y nos quiera.
Mientras tanto, Selena cosecha éxitos en su show de cocina, triunfa en la exitosa serie “Solo asesinatos en el edificio” y su marca de cosméticos Rare Beauty está en boca de todos. Pero ¿a quién diablos le importa? Es mucho más interesante investigar las publicaciones de Bieber, en busca de señales de abrazos con su esposa o en comparar si la otra se hace un tatuaje parecido, quién llevó primero qué vestido… Incluso podemos encontrar en Youtube una canción de odio dedicada a Hailey. ¡Qué derroche de creatividad!
El 24 de marzo, Gomez publicó una historia de Instagram que revelaba que Hailey Bieber le había confesado que estaba recibiendo amenazas de muerte. Enseguida la cantante, sin dudarlo un segundo, condenó el hate en un vídeo diciendo: “Siempre he abogado por la bondad y de verdad quiero que todo esto pare“. Horas más tarde, Hailey subió su propia historia agradeciendo a Selena sus palabras de apoyo y por pedir el fin de la narrativa. Acabó el vídeo instando a las personas a ser más reflexivas sobre lo que publican en las redes sociales, porque realmente se puede hacer muchísmo daño.
Además de esta increíble polémica en redes, Hailey ha sufrido varios problemas de salud este año. Con cirugías de corazón de por medio, la modelo afirma que este año ha tenido los meses más tristes y duros de su vida. “Me gusta hacer bromas acerca de cómo me siento, porque a veces resulta más fácil que admitir que estoy pasando por un momento muy duro”- Hailey Bieber.
¿Por qué nos empeñamos en enfrentar a las mujeres? ¿Por qué no podemos disfrutar de su talento y éxitos sin buscar siempre una rivalidad forzada? Nos gusta encasillar a las mujeres en categorías simplistas: la buena, la mala, la guapa, la lista. Y una vez que las hemos etiquetado, nos deleitamos en alimentar la tensión entre ellas.
La frivolidad de los medios
En este gran circo del enfrentamiento femenino, la moda se convierte en una herramienta poderosa para generar polémica. Este mundo que tanto amamos, a veces deja ver su lado más frío y superficial, como ya lo fueron los “argss” de la Cuore en su momento. Cada atuendo, cada elección estilística se convierte en una oportunidad para desatar un sinfín de comentarios maliciosos. Y así, Gwyneth Paltrow, una mujer que se estaba enfrentando a una demanda de 300.000 dólares, se convierte en objeto de escrutinio por su vestimenta.
Puede que la actriz tuviera otras cosas más importantes en las que pensar, puede que la decisión de vestir un pantalón u otro no fuera lo más importante que tuviera que hacer esa mañana la actriz; pero los medios de moda prefirieron sumergirnos en la frivolidad de los comentarios sobre los looks de Paltrow en el tribunal. Porque, al fin y al cabo, ¿qué importa la justicia cuando podemos criticar el corte de su traje o el color de sus zapatos? Finalmente, tras un riguroso proceso judicial, Paltrow ha sido eximida de culpa y se le ha concedido la compensación de un único dolar, el solicitado en la contrademanda, poniendo fin a este controvertido caso que ha capturado la atención de la opinión pública (solo que en la dirección equivocada).
No nos engañemos, esto no es más que una distracción, una cortina de humo que nos aleja de los verdaderos problemas que enfrenta la sociedad. Mientras nos entretenemos en discutir si quién es mejor, si Selena o Hailey, el sufrimiento de las mujeres, la desigualdad social y la discriminación continúan pasando desapercibidos.
Así que sí, la sociedad nos brinda una vez más un maravilloso espectáculo vomitivo, donde las mujeres son reducidas a meros objetos de disputa y su valía se mide por su apariencia. Mientras tanto, el mundo sigue girando y los verdaderos problemas siguen esperando en un rincón oscuro, eclipsados por polémicas y los juicios de vestimenta superficiales.
Es hora de despertar de este absurdo y reconocer el valor y el potencial de las mujeres más allá de su apariencia. Es tiempo de dejar de alimentar con carbón al fuego y comenzar a construir un mundo en el que las mujeres sean valoradas por su talento, su inteligencia y sus logros. Y, en definitiva, es el momento de alejarnos de la frivolidad y abrazar la verdadera sororidad.
El Attelier Magazine
