“Madre mía, cómo has engordado”, “¿Comes mucho?”, “Estás muy cambiada, no te había conocido”, “¿Qué te ha pasado? “Te vas a quedar en los huesos”, “Tienes que comer más o algún día vas a tener problemas de salud”
Tú, como mujer, seguro que has escuchado muchas veces una de estas frases, la has recibido o, incluso, has sido tu misma la que la ha pronunciado. En este último caso seguro que no te has parado a pensar en lo que podía sentir esa persona, en lo poco o mucho que le importa tu opinión o en cómo te sentirías tú misma si la recibieses.
Vivimos en un mundo de estereotipos absurdos, en el que estamos sometidos a continua crítica y en el que se nos juzga por un físico que en teoría “debería ser el ideal” (cuándo todos somos perfectos cómo somos). Nos juzgan por tener unos kilos de más, pero también por tener unos kilos de menos, vivimos metidas en una talla 40 matándonos por querer tener una 36 cuando, a pesar de cuidarnos y llevar una vida sana, nuestro metabolismo a veces no responde.
Estamos aquí para aclarar idea y para reafirmarnos, una vez más, en una convicción que hemos aprendido con el paso de los años: “La talla es sólo un número, lo importante es la actitud”
Si quieres, puedes
He vivido durante años sometida a una continua crítica hacia mi misma sin que se diese cuenta casi nadie de mi alrededor. Nadie sabe lo que es entrar en ese círculo de frustración y culpa y mirarte a un espejo y no gustarte. Es algo que te limita en todos los sentidos, de maneras imaginables e inimaginables.
Ojalá poder volver a hablar con ese “yo” del pasado, cosa que seguramente haríamos todas (maldita adolescencia) para decirle que es más importante “quererse a uno mismo” que parecerse a esas personas vacías a las que idolatrábamos por su físico en Instagram. Porque cuando descubres lo que es quererte a ti mismo y el amor propio, no te hace falta nada más. Con esto cambian tus relaciones personales, tu ánimo y tu actitud ante los problemas.
Luego está esa frase que tanto nos repiten y que no somos capaces de aceptar “Para querer a alguien primero hay que quererse a uno mismo”. Actualmente no hay día que no me la repita, por que al fin le he encontrado el significado y no puede llevar más razón.
Tú eres quién debe verse bien en el espejo, no quién te critica o quien te juzga
La talla es sólo un número, lo importante es la actitud. Es cuidar esa relación con tu propio cuerpo. Tú decides si estás bien o estás mal, si te ves bien o te ves mal, si quieres mejorar en algo, cambiar hábitos o por el contrario no hacerlo.
Tú eres quién debe verse bien en el espejo, no quién te critica o quien te juzga. Las personas que realmente te quieren les va a dar exactamente igual que uses una talla 40 o una 46. Todo está en la cabeza y en esta sociedad que nos pretende decir lo que debemos ser.
La solución está en ti
Si te encuentras en esa situación, querida lectora, párate un momento a pensar que es lo que quieres o debes hacer para sentirte y verte mejor. Descubre cuál es realmente el problema o detonante que genera esa falta de autoestima y afróntalo.
Que quieres perder peso, hazlo. Mátate a hacer ejercicio y cambia tus hábitos, trabaja duro, constante y te aseguro que verás resultados. Que por el contrario no quieres, trabaja en ti misma y en tu autoestima día sí y día también. Cada ser humano es un compendio de peculiaridades que nos hacen ser únicos, no dejes que un número al subirte a la báscula lo empañe.
Desde El Attelier esperamos haberte servido de ayuda y esperamos que esta entrada llegue a mucha gente. Recuerda, la solución está en ti, que nada ni nadie te frene las ganas de vivir cada día como si fuese el último.
El Attelier Magazine