No os habéis preguntado nunca, ¿por qué en los países asiáticos la gente vive más años que en el mundo occidental? Por qué tienen la piel más fina y sin arrugas o ¿el pelo más brillante? Pues no es solo por su alimentación, fundamentada en verduras y vegetales, sino por otro gran pilar de su dieta y cultura: el té.
Hay variedades infinitas de té y, seguramente, si no estás muy familiarizado con esta bebida no sabrás por dónde empezar, cuál tomar y en qué momento. No te preocupes, en El Attelier te hacemos un resumen de los beneficios del té y los tipos más básicos que no pueden faltar en tu día a día.
El té proviene de la misma planta, la Camelia Sinensis. Las diferencias entre un té u otro vienen a partir del proceso de elaboración al que han estado sometidas sus hojas: oxidación, fermentación, secado, etc. Hechos con especias, hierbas, algas, hay infinidad de posibles mezclas para conseguir un buen té por lo que, a continuación, te recordamos los tés más básicos que te ayudarán a animar y mejorar tu rutina.
Té verde
El té verde es ante todo un gran antioxidante, por lo que es ideal para la digestión y la retención de líquidos, además de ser un gran aliado para nuestra piel, ya que previene las arrugas y el envejecimiento. Es considerado una medicina natural, debido a que no está fermentado; así mantiene todos sus componentes naturales. Es una de las variedades con un nivel de teína más alto, por lo que no es recomendable tomarlo por la noche. Es cierto que su sabor es fuerte, por lo que su tiempo de preparación no debe superar los 3 minutos.
Té Rojo
Junto al anterior, el té rojo es también ideal si tenemos el objetivo de perder peso, es un perfecto quema grasas– eso sí, no nos confiemos, ¡tomar solo té no vale! Antes de su fermentación, las hojas del té rojo son almacenadas durante años, con lo que se consigue un gran sabor y se aumentan sus propiedades. Es un buen estimulante si estamos un poco decaídos, refuerza nuestras defensas y, gracias a esas propiedades digestivas y quema grasas regula el colesterol en sangre. Su tiempo de preparación es de 4 minutos e ideal a cualquier hora del día.
Te Blanco
Quizá el té blanco es el menos conocido o consumido. Sin embargo, es uno de los tés más refinados y mejor valorados (también en cuanto a su precio). Es considerado un elixir de juventud. Para prepararlo únicamente se recogen los brotes más tiernos y jóvenes, donde se concentra toda la energía de la planta. Estos son los antioxidantes más potentes que existen: evitan la oxidación celular, el envejecimiento y tienen numerosas propiedades anticancerígenas. Su sabor es dulce y puede tomarse durante todo el día, ya que no tiene prácticamente teína y facilita la digestión de los alimentos, sobre todo de aquellos más grasos.
Té Negro
El té negro proviene del mismo árbol que el té verde pero su sabor y aspecto varían debido a su proceso de fermentación. Es el que tiene un mayor contenido de teína aunque, a diferencia de la cafeína, sus efectos actúan de manera más lenta en el organismo. El té negro mejora la dilatación y contracción de los vasos sanguíneos, gracias a su contenido en flavonoides – unos pigmentos vegetales con propiedades medicinales. Además, no hay que olvidar que contiene flúor, por lo que ayuda a prevenir las caries y los problemas dentales.
Roibos
El roibos no es un té propiamente dicho, sino más bien una infusión. No proviene de la misma planta que el resto pero tiene mucha fama debido a sus beneficios y lo encontramos en igual medida. Sus propiedades son prácticamente las mismas que el resto de tés (favorece la digestión, retrasa el envejecimiento, es antioxidante, etc.) pero al no provenir de la planta del té no contiene teína, así que se puede tomar en cualquier momento del día sin sufrir ningún efecto estimulante.
Además de los clásicos, son muy recomendables las combinaciones con canela, jengibre y frutos rojos, ¡aportan un sabor y aroma increíbles!
El Attelier Magazine
