El movimiento #MeToo nació impulsado por la activista Tarana Burke en 2006 pero no fue hasta en 2017 cuando se popularizó en el mundo de Hollywood con las declaraciones de Alyssa Milano.
Aunque pueda parecer que el movimiento #MeToo ha quedado olvidado, creemos que es importante que recuerdes la repercusión que tuvo. No solamente en redes sociales, sino también en cómo la moda utilizó las Fashion Week y otras pasarelas como medio de protesta y visibilización del movimiento.
Todo ello nos hace refelxionar sobre su importancia y la que debería seguir teniendo. Y es que este movimiento el #Me Too solo fue el culmen de muchos otros movimientos sociales alrededor del mundo involucrados con el feminismo y la justicia. Los más conocidos son #BringBackOurGirls en Nigeria, #MyStealthyFreedom en Irán y #NudeBloggersofEgypt en todo el mundo, así como #BlackLivesMatter, #Enough y #TakeAKnee.
¿Qué es el movimiento #MeToo?
Aunque lo hayas visto en redes sociales y ocupando los medios de comunicación, puede que no te haya quedado reamente claro su significado. Por ello, te hacemos un pequeño resumen para explicarte cómo nació y por qué nació.
El movimiento Me Too nace con la activista por los derechos civiles estadounidenses Tarana Burke. En 2003 trabajaba en la organización sin ánimo de lucro “Just Be” y en 2006 fundó el movimiento social Me-Too en las redes sociales. A través de este movimiento animaba a otras mujeres a utilizar esta frase revelando la omnipresencia del acoso, el abuso y la agresión sexual contra la mujer. En 2017 la revista Time designó a Tamara como la Persona del año.
Sin embargo, la revolución de este movimiento surgió cuando Alyssa Milano, actriz de Hollywood, hacía referencia a Tamara en un tuit y animaba a las mujeres a compartir su experiencia bajo el hashtag #MeToo. De esta manera, se evidenciaba la magnitud del problema. Fue en este momento cuando muchas actrices de Hollywood se armaron de valentía y dijeron Me Too señalando a un mismo culpable: el productor de cine Harvey Weinstei.
Este movimiento no solo sirvió para evidenciar una situación vergonzosa tras las cámaras de Hollywood, sino en todos los ámbitos. Los datos eran y siguen siendo preocupantes a día de hoy, por ello no deberíamos olvidar este movimiento.
El movimiento #MeToo en el mundo de la moda
La pasarela es un altavoz de lo que ocurre en la sociedad. Los diseñadores se sumaron, con sus prendas, en contra del acoso sexual y, bajo la premisa del movimiento #MeToo, se visibilizó su apoyo. “Es hora de que la industria de la moda se pronuncie un poco más”, declaró la diseñadora Stella McCartney el día que presentó su colección para el otoño de 2018 en Los Ángeles.
Bien es cierto que los gritos de batalla feministas en la pasarela llevan varias temporadas luchando a favor de las mujeres. Su objetivo es dar voz a todas las víctimas que han sufrido algún tipo de violencia sexual y, por supuesto, ponerle fin. Por ese motivo, cuando se trata de movimiento a favor de la tolerancia y la unión, una larga lista de diseñadores dejaron claro su compromiso por este hashtag que sumó casi un millón de compartidos en Instagram. Entre ellos, Tom Ford, Prabal Gurung, Maria Grazia Chiuri, Public School, Adam Selman, Karl Lagerfeld o Rachel Comey. Todos coincidieron en el empoderamiento de la mujer con el objetivo de hacerla imparable frente a las injusticias.
Incluso en la pasarela de Madrid vimos entonces cómo tres modelos de Juana Martín salieron con sudaderas a modo de vestido y un detalle especial. En la espalda podía leerse con letras bien grandes ‘Me Too’ y ‘Time is Up. Una propuesta que se presentó para el otoño-invierno de 2018/19, pero que no se ponddría a la venta. “Teniendo en cuenta que tengo un escenario ideal para lanzar mensajes como es MBFWM, me pareció el momento para utilizarlo de altavoz y mostrar mi postura y mi apoyo a cualquier desigualdad que se cometa contra las mujeres”, declaró la diseñadora cordobesa.
La pasarela más polémica
Los ojos más críticos de la moda alabaron el trabajo de Myriam Chalek, la directora creativa de American Wardrobe en la Semana de la Moda de Nueva York de Febrero de 2018. Seguidora del movimiento #MeToo, Chalek creó un desfile-denuncia para dar un paso más y conseguir un cambio cuanto antes. En su desfile la ropa era lo de menos, el contexto es lo que importaba. Las modelos llevaban alas de ángel y estaban esposadas a hombres con máscaras de cerdo. Toda una declaración de intenciones para apoyar a las mujeres y alzarse en contra de todos los ‘cerdos’ que existen en la vida real.
Mientras, víctimas y sobrevivientes de acoso sexual contaban sus historias en la pasarela. Algunas, incluso por primera vez. Así fue cómo lo hizo Alicia Kozakiewicz: relató que a los 13 años un depredador sexual de internet la secuestró y encadenó en su sótano para emitir en streaming su abuso. “Todo lo que queremos es estar seguras, para que las jóvenes puedan vivir sus sueños, escalar montañas o desfilar por las pasarelas que nacieron para desfilar”, dijo en su emotivo discurso. Un feminismo, cada vez más reivindicativo, poderoso y mediático.
Porque sí, la moda se hace eco de todo lo que se debe denunciar (y pisotear) para seguir avanzando más fuertes y más nosotras.
El Attelier Magazine