En el mundo de la moda, hay prendas que se han convertido en símbolos de elegancia y sofisticación, y pocas se comparan con el encanto del smoking. A lo largo de los años, esta prenda icónica ha dejado una huella imborrable en el vestuario masculino y actualmente en el femenino, pasando de ser una elección exclusiva para ocasiones formales a una opción de estilo que desafía las normas.
En este artículo, exploraremos la rica historia de los smokings, desde su origen hasta su evolución en la moda actual. Descubriremos cómo esta prenda ha evolucionado para adaptarse a los cambios culturales y sociales.
Historia del smoking
Aunque se haya castellanizado el nombre a “esmoquin”, la palabra original de esta pieza es smoking y se trata de un traje, preferiblemente negro, reservado para los eventos más especiales y apto tanto en los hombres como en las mujeres. El vocablo proviene del verbo smoke -fumar- y el su uso marca el inicio de esta palabra. ¿El motivo? En el siglo XIX el esmoquin se utilizaba comúnmente en las fiestas de la alta sociedad y, como el placer de fumar estaba bien visto en la época, se empezaron a crear locales –smoking rooms- donde los caballeros se reunían varias veces por semana para charlar y disfrutar del tabaco importado.
Así pues, se trata de un elegante uniforme que sirvió como solución para aquellos aristócratas que no tenían una posición tan acomodada como para cambiar a menudo de traje. Y el esmoquin consistía en una chaqueta de paño en color negro con solapas de seda en la parte delantera acompañada por unos pantalones, del mismo color y palo, con bandas de seda o raso en la parte lateral. Asimismo, para crear el traje completo, no había que olvidar la eterna camisa blanca y una corbata negra o pajarita, eso ya dependiendo del gusto de cada uno.
No obstante, aunque el esmoquin fuera muy popular entre los hombres, no fue hasta 1966 y gracias a Yves Saint Laurent el momento en el que pasó a formar también parte del armario femenino. El diseñador francés incluyó esta elegante pieza en negro con doble botonadura y solapas en raso en una de sus colecciones bajo el nombre de ‘Le Smoking’ y, a partir de ese momento, se convirtió en un símbolo de liberación porque las mujeres.
Con esta adaptación rompió los esquemas en el mundo de la moda y las mujeres incorporaron el esmoquin como un arma de seducción y poder. Además, a lo largo de los años muchos diseñadores han decidido reinventar esta elegante pieza y convertirla en un esencial que ya forma parte de nuestra cultura y de nuestro armario.
No hay que olvidar que con el paso de los años la moda y el protocolo en las fiestas y galas se han ido relajando y, aunque se trate de una pieza muy elegante, ellos pueden llevar el esmoquin con una camiseta, jersey o con la camisa más abierta y ellas sobre la piel desnuda para que haga la forma de un escotazo o para dejar ver la lencería. Ahora todo vale y un esmoquin se puede adaptar a todos los gustos para poder lucirlo en tantos eventos como uno lo desee.
En definitiva, los esmoquin actualmente son mucho más que una opción elegante. Se han convertido en una declaración de estilo gracias a su amplia gama de posibilidades. Viste tu mejor esmoquin para una ocasión especial o atrévete a ponértelo con una camiseta y unas bambas para un look más casual.
Permítele a esta pieza de moda icónica transformar tu estilo y abrazar la confianza y la distinción que solo un esmoquin puede ofrecer
El Attelier Magazine